One-shots | Ellie Williams x Lectora.

メ˖⁠꒰ Malicia ꒱

Aclaración: Ellie narco
{ pedido (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠) }

Mantenías tu reputación en lo más alto que podías, siempre escondiendo tus más sucios secretos y amoríos para no arruinar tu lujosa vida llena de privilegios.

Desde hace un tiempo empezaste a enrollarte con una mafiosa bastante peligrosa y conocida, odiada y perseguida por muchos, deseada y querida por otros. Siempre estuviste consciente de lo peligroso que era estar con ella, tanto para ella como para ti.

La sangrienta mujer ya llevaba un compromiso cundo empezó a meterse contigo, consciente de su esposa, siguió buscándote para comenzar a salir contigo de forma seguida, llevándote a la cama y a lugares increíbles siempre que podía, casi humillando a su esposa frente a sus socios, no se molestaba mucho en mantenerlo en secreto. No parecía importarle, nada le importaba que tú.
Parecía imposible poder enamorar a una sicaria, pero tú te habías sacado la lotería.

—⁠☆

Tocaron tu puerta mientras estabas arreglando tu radiante vestido, intentando acomodarlo para que tus caderas encajaran correctamente en él.

–Señorita —interrumpió uno de tus empleados.

–Adelante —respondiste, sin darle tanta importancia.

–Disculpe las molestias, es importante —la atención que le ponías al vestido fue robada por sus palabras—. La buscan en el teléfono —te entregó el teléfono —, es Ellie.

–Gracias, puedes retirarte —dijiste, buscando más privacidad tomar la llamada y hablar con tu amante.

Miraste el teléfono con la llamada entrante, manteniendo una sonrisa de satisfacción al verla llamando con desesperación por tenerte.

–¿Aló? —contestaste.

–Mi amor... —habló entre risitas traviesas—. No sabe cuanto la extrañé.

–Ya no tienes mucho tiempo para mí, Ellie —reclamaste.

–Las cosas se pusieron tensas y difíciles, ya estoy de regreso...

–Pensé que tu esposa te iba a limitar a verme —hablaste con superioridad, queriendo humillar a su mujer.

–Nadie me va a limitar a verla, mi amor —dijo con risas burlonas—. ¿Tienes tiempo para mí?

–Necesito ir a un reunión importante, cariño —te miraste al espejo, observando si tu maquillaje se había arruinado.

–¿Más importante que yo? —atacó—, ¿no quieres verme después de tanto tiempo?

–Tú no quisiste verme, dejaste que tu esposa se metiera y no te dejará venir conmigo —hablaste de forma seductora— ¿Qué? ¿ella va a quitarme mi lugar, amor?

–Eso jamás mi reina, usted sabe bien que es la primera por encima de todas —rió levemente—. ¿No tiene un pequeño ratito para dejarme verla y hacerla feliz?

–No lo sé —rodaste los ojos, divertida por sus palabras atrevidas—. ¿Pensaste en mi cuando lo hacías con tu mujer?

–No es lo mismo que tenerte en mis manos —habló, casi susurrando en el teléfono—. Déjeme verla un rato nomás, verá que la haré estar en la nubes...