メ˖⁠꒰ Deseo ꒱

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Desde que era pequeña, tuviste tu gran flechazo con la mejor amiga de tu hermano, Ellie Williams.

Recordabas como tarde salían a jugar al patio y siempre querías estar ahí, pegada Ellie, lo que llegaba a molestarla bastante, casi siempre terminaba corriendo de ti o escondiéndose en el cuarto de tu hermano para que no pudieras atraparla.
Era recuerdos vergonzosos pero al mismo tiempo eran lindos y nostálgicos, ya que, desde que ustedes empezaron a entrar en la adolescencia, ya no podías correr tras Ellie para suplicar que jugaran a la mamá y el papá, solo podías verla jugar en la consola de tu hermano durante horas cuando pasabas por la sala o por su cuarto.
Fue triste ya no poder tener una excusa perfecta para acercarte.

—⁠☆

–Oye, niña —tu hermano entró azotando la puerta de tu cuarto.

–¡Jesse! —gritaste—. ¿Es que no puedes tocar y abrir gentilmente?

–No —se encogió de hombros—. Iré a comprar unas cosas pero, Ellie me dijo que vendría en un rato a jugar.

–¿Y eso qué? —rodaste los ojos, sabiendo que te pediría algún favor.

–Si llega antes que yo, dile que puede pasar a mi cuarto, no tardaré tanto.

–Ella sabe lo que debe de hacer —rodaste los ojos, fingiendo no emocionarte por atender a Ellie.

–Deberías de estar feliz de ver a tu novia —alzó una ceja, hablando con un tono travieso.

–¡No es mi novia! —te defendiste, como si aquella afirmación te diera asco—. La atenderé con una condición.

–¿Qué quieres?

–¿Me puedes comprar unas papitas fritas? —tus ojos se iluminaron.

–No —dijo antes de darse la vuelta y azotar nuevamente la puerta.

–Baboso... —murmuraste, volviendo a lo tuyo.

—⁠☆

Pasaron al menos unos quince minutos de que Jesse se había ido cuando sonó el timbre de la casa. Te levantaste de un salto, arreglando un poco tu cabello y tu camisa antes de salir corriendo a la puerta principal.

–¡Conseguí un cómic que te cagas encima! —exclamó Ellie, una vez que abriste la puerta, sin notar que no eras Jesse.

–¿De verdad? —te burlaste, alzando tu mano, pidiéndole el cómic.

–Ah... —rió, un poco incómoda por aquello.

–Jesse salió hace rato, puedes esperarlo en su habitación —te hiciste a un lado para dejarla pasar—, me dijo que no tardaría mucho.

–Bien —Ellie pasó, tan seria y cerrada como siempre.

Inconscientemente, tus ojos bajaron a sus manos venosas, notando su nuevo tatuaje.

–Lindo tatuaje.

–Gracias, mi novia me lo hizo —lo modeló, mostrándote su brazo más de cerca.

–¿Tienes novia? —te sorprendió y te decepcionó. Intencionalmente aquella pregunta salió, fue puro instinto.

–Bueno, tenía... Terminamos hace unas semanas —se encogió de hombros, no de manera triste, sino como si le confundiera y le diera igual.

One-shots | Ellie Williams x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora