メ˖⁠꒰ Niñera ꒱

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Llevabas bastantes años siendo niñera. Amabas a los niños y tenías una gran habilidad para comprenderlos, calmarlos, agradarles y ayudarles, fue por eso que, desde que tuviste 16 años, comenzaste a trabajar en ello y, ahora llevabas 7 años trabajando en ser niñera. Gracias a tu carisma con los pequeños, te convertiste en una niñera bastante solicitada entre los padres de tu ciudad.
Llevabas años trabajando con varias familias, algunas ya te consideraban parte de la familia, sin embargo, había una que te había robado el corazón y, no exactamente por la convivencia. La familia Williams.

Estabas trabajando en esa pequeña familia desde hace un tiempo, tres años, para ser exactos. Se trataba de un pequeño niño y su madre, bueno, sus dos madres, las que estaban divorciadas y se turnaban con el pequeñín, así que, trabajabas con sólo una de las madres entre semana. Ellie Williams. Joder, hablemos de ella. La mujer más sexy que habías conocido, no siquiera sabías si ibas a trabajar o a verla. Era tan jodidamente perfecta, con apariencia ruda pero tan suave y dulce contigo. La forma en la que te trataba y te hablaba hacía que tu cerebro dejará de funcionar, ella te ponía tan nerviosa y te tenía tan enamorada. Sin embargo, no querías parecer una zorra, ya que, Dina, la otra madre, era tan amable contigo en las pocas ocasiones que la llegaste a ver, no ibas a ser una traicionera incluso si ustedes no eran amigas. Tal vez Dina podría seguía amando a Ellie, no te ibas a rebajar a meterte con su ex pero, eso no significaba que no pudieras verla y desearla...

-⁠☆

Unas fuertes pisadas a unos metros de ti te habían despertado. Estuviste durmiendo en el sofá de la sala después de haber llevado al pequeño JJ a la cama, esperando a que Ellie llegará a casa.

Frotaste tus ojos y te levantaste lentamente, te volviste hacía Ellie, quién estaba en la cocina sirviéndose un poco de whisky. Ella te miró y te sonrió.

-Buenos días -dijo sarcásticamente.

-Hola... -respondiste con voz ronca y cansada. Seguías frotando tus ojos y tu cara para despertar mejor.

-¿Por qué no duermes en mi habitación? Te lo he dicho mil veces, sabes que no tengo problema -dijo después de tomar un trago-. El sofá es bastante incómodo para dormir.

-Para nada, no quiero invadir tu habitación ni molestar -respondes entre risitas nerviosas, por fin más despierta.

-No te dejaría dormir ahí si me molestará -respondió con una sonrisa-. ¿Gustas un trago?

Mierda, ¿por qué no? Pensaste.

-Mhm -asientes con la cabeza y te acercas a ella.

-¿Cómo estuvo JJ? ¿No hizo algún berrinche? -sus preguntas eran como las de un oficial haciendo un interrogatorio. Te sirvió un trago de whisky.

-Bah, en lo absoluto. Él jamás hace berrinches, es un buen niño -aseguraste, haciendo una breve pausa para tomar un poco del whisky-. Lo han criado bastante bien.

-Bueno, me ayudaste bastante en su educación -te sonrió y te miró de una manera en la que casi te derrites y mueres atragantada-. Eres excelente en ésto.

Ellie te tomó por el hombro, dando un ligero apretón para hacerte saber que estaba agradecida y orgullosa. Recorrió tu brazo en una suave caricia que te puso la piel de gallina, casi te desmayaste.

-Me halagas -le sonríes tímidamente.

-Es justo lo que quiero hacer -te respondió con seguridad, un tono coqueto en su voz y una mirada seductora. Joder, ella sabía exactamente como ponerte loca.

One-shots | Ellie Williams x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora