One-shots | Ellie Williams x Lectora.

♡⁠˖⁠꒰ Herida ꒱

Siempre lo hacías por ella como si no supiera hacerlo. No te molestaba en lo absoluto curar sus heridas cada que Ellie lo necesitaba, incluso si ya ni siquiera eran una pareja. Aquello jamás te incómodo, estabas feliz de sentirte útil y ayudarla, una gran parte de ti la seguía amando.

—⁠☆

–Agh... —se quejó en voz baja mientras desinfectas las heridas con las que Ellie llegó después de patrullar. El alcohol ardía en aquella cortada un tanto profunda.

–¿Arde mucho? —preguntaste, apurando tus movimientos para terminar pronto con una de las tantas heridas que faltaban.

–Mhm —asintió con la cabeza, el ceño fruncido al mismo tiempo que apretaba los labios con fuerza.

–Ya casi terminaré con esta —aseguraste con una sonrisa. Estuviste un poco sorprendida al verla más tranquila que las otra veces.

Anteriormente, cuando la ruptura de la relación era reciente, Ellie se negaba a qué atendieras sus heridas, «Prefiero morir de una infección a que me atiendas» aseguraba y, cuando por fin aceptaba a ser tratada, no paraba de quejarse y reclamar que todo lo hacías mal.
«

Juro por dios que eres la peor enfermera de todo Jackson...» se quejaba siempre, se retorcía de dolor de manera exagerada, gemía y jadeaba de dolor mientras te repetía lo mal que lo hacías.

Ahora, todo eso pareció cambiar repentinamente. Ellie se mantenía callada por primera vez, apenas quejándose del dolor mientras maldecía entre murmullos y susurros. Era un tanto extraño pero, decidiste no mencionar nada y simplemente agradecer de su tranquilidad.

–Tienes bastantes... —susurras una vez que terminaste con el primero de todos los cortes faltantes— ¿Cómo consigues hacerte tantos?

Ellie se encogió de hombros, desviando su mirada hacía otro lado para evitar hacer contacto visual contigo, un tanto sospechoso.

Sonreíste a medias y tomaste más vendas para las siguientes heridas, notaste cierto nerviosismo en Ellie al ver cómo tus manos acariciaban su brillante y tonificado abdomen, justo donde habían más cortes.

–¿Tienes el sostén? —le cuestionas mientras observas las heridas, disimulando tu hambre y deseo por su cuerpo.

–¿Tengo que desvestirme? —te preguntó mientras le daban cosquilleos en el abdomen por tu cálida respiración.

–Necesito que lo hagas —te pusiste de pie para tratar de ayudarla a quitarse la camisa. Ellie se quedó en silencio, dudando un poco—. Vamos, sólo será la camisa... Peores cosas nos hemos visto antes.

Te reíste entre dientes, las mejillas de ambas se sonrojaron, sin embargo, las tuyas se notaron más.

–Mmh... —Ellie se acomodó, tomó su camisa para quitarla, lentamente la ayudaste, cuidando de no lastimar o rozar sus heridas.

Tu mirada se fue inmediatamente a su cuerpo únicamente cubierto por su top deportivo, no pudiste evitar desear su cuerpo de nuevo.

Eso ha quedado atrás, pensaste, bajando de nuevo para seguir en lo tuyo.

–Son más que antes, fue una patrulla difícil, ¿hm? —rompiste el silencio para no mantenerla incómoda—. Eres bastante salvaje.

–Uhm, por supuesto, fue una patrulla algo difícil —respondió como si estuviera en un interrogatorio, sin poder verte a los ojos aún.