メ˖⁠꒰ Delincuente ꒱

6.6K 206 52
                                    

El reloj de tu habitación apuntaba a la 12 PM, disfrutabas de una serie estando acostada en tu cama cuando tu teléfono comenzó a vibrar, habías recibido unos mensajes.

Estoy afuera, acabo de llegar.
Puedo ver la luz de la televisión.
Ellie

–¿Qué? —dejaste tu teléfono a un lado para ir a abrir tu balcón.

Te acercaste lentamente, con una mantita caliente encima. Estando ya a unos pocos metros de tu balcón, una piedrita golpeó el cristal de las puertas, aceleraste el paso y abriste cautelosamente.

–Ellie, ¿qué haces aquí? —preguntaste en un tono casi susurrante, mirando a Ellie con su mochila colgado de un hombro, quién se encontraba abajo.

–Vine a verte —te respondió de la misma manera susurrante en la que le habías hablado.

Viste su motocicleta estacionada y algo camuflajeada entre la oscuridad de los árboles. Ellie mantenía una sonrisa astuta, guardaba sus manos en los bolsillos de sus pantalones desgastados.

–Si mis padres o el soplón de mi hermano te ven aquí van a matarnos —le recordaste.

–No van a darse cuenta —bufó con frustración y algo de tristeza, al mismo tiempo que se mantenía feliz y llena de energía por entrar a tu habitación ilegalmente—, déjame subir.

–Vas a meterte en problemas —le rogaste de nuevo para que se fuera.

–No importa mientras te vea —suplicó con frustración.

–Ellie, por favor, regresa a casa —suspiraste, preocupada por ella—. Es ya es noche, es peligroso y hace frío.

–Me da igual el peligro, sabes de donde vengo —rió, confiada.

–¡Por eso mismo lo digo! —te quejaste—. Te metes en problemas y sales sola por las noches, ¿cómo planeas salvarte de los otros malandros?

–Por favor, vine a verte —suplicó de nuevo, comenzando a estresarse—. Incluso tengo una sorpresa para ti.

Todos los comentarios de Ellie te habían tentado el corazón, aparte de que no iba muy abrigada en la oscura y fría noche, no podías dejarla irse de esa manera. Tampoco querías dejarla entrar y arriesgarla a que la descubran y tus padres tomen medidas más estrictas, ya que tenías prohibido verla por ser una delincuente.

–Vas a matarme del miedo algún día, ¿sabes? —cerraste los ojos y dejaste salir un suspiro—. Rápido, sube.

Sonrió hasta llegar a sus orejas, estando emocionada y orgullosa, escaló rápida pero cuidadosamente por las paredes con ayuda de algunas rocas. Llegó hasta tu balcón, quedando a tus pies.

–Hola, guapa —bromeó, sosteniéndose de los barandales de metal, con sus pies colgando. Te dió su mochila antes de que la ayudarás a subir.

–Cállate y dame la mano —sonreíste, estando feliz de verla. La adrenalina de ser descubiertas aceleraba tu corazón y por alguna razón te hacía disfrutar más el momento.

–Gracias, guapa —dijo, siendo jalada por tus manos, ayudándote con su otra mano para que no tuvieras que cargar con todo su peso.

Paso por arriba de los barandales hasta que ambas estuvieron frente a frente. Te sonrió, presionando tu cuerpo con el suyo, sentiste lo frío que estaba su piel y sus manos cuando te abrazó por la cintura.

–Fría como un muerto —sonreíste, quitándote la mantita que tenías puesta para dársela a ella—. Toma esto.

–Preferiría que me calentarás tú —usó la manta de todas formas.

One-shots | Ellie Williams x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora