Writts:

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Después de pasar el finde en la casa nueva, que ya me estaba familiarizando con ella, era momento de empezar con mi formación de escritora, el motivo por el que había decidido mudarme aquí. Así que el lunes empecé con lo que sería siendo mi rutina diaria durante nueve meses.

Desayuné rápidamente y me dirigí al edificio donde trabajaría durante 7 horas de mi vida durante 9 meses, el último año que me quedaba de estudio.

Llegué puntual y decidí esperar a que varias personas entrasen dentro del edificio, que no era pequeño. Además, estaba hecho de un material resistente y tenía vallas de color rojo, el emblema de dicha escuela. Una cosa que también me llamó la atención fue un cartel que ponía: concurso de escritura próximamente. Puedes participar si formas parte del alumnado de Writts.

Qué ilusión. Un concurso y te avisan el mismo día en que empiezan las clases.
Sin entretenerme, entré a través de las puertas hacia el interior del edificio, que constaba de 5 aulas espaciosas, dos aulas de informática, un escenario y dos baños en diferentes plantas. Y en el piso de arriba había una gran biblioteca para acceder a cualquier libro de estudio o de entretenimiento best seller.

Estaba tan ensimismada observando todo que una chica se chocó conmigo e inmediatamente me disculpé.

-No pasa nada -me dijo suavemente-. ¿Eres nueva? Observas esto como si...

-Sí, lo soy. Ehhh, sí que me sorprende todo esto...

-Entiendo -comprendió y en seguida me enseñó lo básico de la escuela. La escuché atentamente y cuando llegamos a la planta de arriba me avisó de algo que ya se me había olvidado-. Tienes clase en cinco minutos, date prisa, recuerda, clase 5T.

Me apresuré para llegar puntual a la clase y efectivamente, llegué a tiempo. El profesor explicó a los alumnos los proyectos más cercanos de este año, que no eran pocos. Entre ellos el concurso literario del cartel, otro de escribir un relato de fantasía y un par sobre un qué pasaría si en una novela que nos gustase. Todos parecían tentadores y súper interesantes y hasta compartí mi opinión con un chico que parecía tímido, al igual que yo.
Se llamaba Aquiles, que era de mi edad rubio, con melenas, ojos azules, con algo de músculo y tez clarita. Y ambos compartimos nuestras opiniones cuando era el momento oportuno, sobre todo entre clases. Pero había algo diferente en él que en el resto, no sé si era su físico o personalidad, pero me atrapaba y no sabía si era bueno o malo. Pero eso se descubrirá, ¿verdad?

Al finalizar las clases, decidí visitar la biblioteca rápidamente, ya que cerraba dentro de media hora. Revisé las estanterías que más me llamaban la atención y hasta encontré uno de mis libros favoritos en la sección de fantasía: Harry Potter.

Después, cuando ya iban a cerrar, noté cómo mi móvil vibraba y vi un mensaje desconocido. ¿Quién podría ser? ¿Y si le bloqueo para evitar problemas? Pero antes de bloquearle, leí el mensaje.

"Hola... eh, soy Aquiles"

En otro más largo ponía:

"Antes me diste tu número, ¿recuerdas?. Contéstame si te llegó.

Yo le contesté enseguida:

-Sí, mensajes recibidos.

Luego escribí otro:

-Me alegro de hablar contigo.

Pero lo edité y acabé poniendo:

-Gracias por hablar conmigo por la mañana. Me cuesta eso de socializar y sé que a ti también.

Esperé a que contestase mientras me dirigía a casa y comía un plato de macarrones con huevos fritos. No me respondió hasta las cuatro y media de la tarde y con un simple:

-Gracias a ti por hablar conmigo.

Le dejé en visto al no saber qué contestar, pero decidí que era algo feo y reaccioné a su mensaje con un pulgar hacia arriba.

Pero la cosa no se quedó ahí. A las seis de la tarde me envió un vídeo sobre un libro que había nombrado antes. Decía que le había saltado por Internet y se había acordado de mí. Y dijo que se lo leería pronto al ver las buenas críticas.

-Ya me dirás cuando te lo leas, que te va a sorprender -le contesté simpática-. Y yo también debería leerme el libro del que me hablaste esta mañana...

-Sí, sé que te gustará- él me contestó y luego agregó-, ya sabes, por el tema de la ciencia ficción y aventura.

-¡Sí! -contesté, él lo sabía porque le comenté mi género favorito y enseguida me dijo un libro que debería de leer-. Sombra y Hueso :)

Luego, decidí aprovechar el resto de la tarde empezando a planear los proyectos futuros, que no eran pocos y se debían realizar casi todos. En total me habían explicado cinco y cuatro de ellos eran obligatorios. El opcional era escribir un guion para una obra de teatro que sería representada a finales del trimestre en el escenario de la propia escuela. El único requisito era: no contener temas +18, hablar sobre temas morales y no contener tacos. Y si podía ser, debía estar ambientada en una época de la historia y adoptar las costumbres de dicha época.

Todo un sueño para mí y del que intentaría participar.

Cuando terminé el proyecto vi otra notificación, pero esta no era de Aquiles, si no de mi vecina...

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