Rockeando:

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Después de darnos las vacaciones estaba demasiado libre. Tenía demasiado tiempo libre. Tocaba el piano y la guitarra frecuentemente, probaba nuevas recetas, leía libros y escribía música, pero no era suficiente.

Estuve dos días sin quedar haciendo todas esas cosas y algo me hizo recordar que podía quedar con alguien. En Instagram vi una publicación del dúo Demonian.

¡Buenas buenas. Acordaos que hoy damos un concierto en el bar Hill a las 19:00. Pasadlo muy bien, demonians!

Lo acompañaba una imagen de dos guitarras de rock.

¿Y si me pasaba a verles? Tampoco podía ser tan malo. Ademas, había que apoyar a los amigos. Bueno... Amigo amigo no sé si era, pero nos llevábamos bien.

Nuestra relación había mejorado desde que quedábamos para practicar la canción de Grease. Pasamos de llevarnos mal a algo mucho mejor, paz y hasta coqueteos.

Pensando en eso, debía de hablar con él sobre mis sentimientos. No se me había olvidado eso.

Salí de mi casa 15 minutos antes y cogí el coche para ir a dicho bar. Mientras conducía sintonicé la radio. Estaba sonando un grupo de rock e inmediatamente me acordé de Damon. Le iba a ver cantar por primera vez. ¿Me sorprendería?

Llegué minutos antes de que empezaran. Había gente concurrida allí y sobre todo chicas, que estarían embobadas por ellos.
Cuando pasaron cinco minutos, Damiano, apareció en el mini escenario y se presentó:

-¡Hola, gente! ¿Estáis listos para vivir una experiencia rockera?

-Sí -gritaba la gente, yo me sumí a la multitud.

-No os oigo, ¿estáis preparados? -repitió con más entusiasmo.

-SÍ -Gritaron más esta vez.

-Perfecto. Pues dadnos la bienvenida a nuestro dúo. ¡Demonian! -gritó y apareció Damon con su guitarra bien colocada-. ¡Damon y Damiano con vosotros!

-Hola a todos -habló por primera vez Damon, estaba acercándose a su micrófono. Luego miró al público y subió el tono con motivación-. ¡Vamos a rockear!

Me reí por esa nueva palabra suya. Me hacía reír este chico. Miré a los dos y empezaron a cantar lo que venía siendo un cover de Queen. We will rock you. Una canción muy buena para la ocasión.

Canté al ritmo con ilusión. Parecía que se me oía entre la multitud, pero me daba igual.

La siguiente canción fue una compuesta por ellos. You se llamaba. Y trataba sobre el amor que sentía hacia una muchacha de cabellos marrones. Ahora que lo pensaba, ¿y si era yo? Bueno, había muchas mujeres castañas, pero a lo mejor...

No quería hacerme ilusiones. Había venido para aclarar mis sentimientos.

-Ahora, ¿quién quiere escuchar nuestra canción más popular? -gritó Damon.

-Yo -gritábamos.

Así pues, escuchamos la canción más famosa de ellos. Me. Trataba sobre el amor por el rock y lo mezclaba con la felicidad de tener alguien con quien compartirla. Así pues, cantamos la canción. Yo también. La había oído unas veces y ya me la sabía de pe a pa. Y vergüenza no me daba.

Creo que Damon no me vio hasta que cantó un cover. Una canción que no conocía, pero supuse que se llamaba: Do I Wanna know?

En esa canción se dio cuenta de que estaba y sonrió levemente. No le miré a los ojos, pero vi que la canción era de amor. ¿Eran señales?

-Y ahora una canción nuestra. ¿Os gustaría una canción más guarra? No hay niños, ¿verdad? -miró entre el público Damon y supuso que no.

Cantó Hey, baby. Una canción que sí que había oído y no era recomendable hablar de ella.

La última canción fue otra canción suya. Mine. Era sobre hacer suyo el rock, que era su posesión.

Cuando acabaron, se despidieron y el público aplaudió. Yo aplaudí. Luego me acerqué a la barra. Pero Damon me siguió y me saludó:

-Hola. ¡Has venido! -Exclamó sorprendido-. ¿Y qué tal? ¿Te gustó?

-Me... Encantó -declaré.

-Oh. Supongo que sí. Te vi cantar.

-Sí...

-Eh, tengo algo para ti -se alejó un segundo a donde había dejado las guitarras y regresó con algo. Olía bien. Dejó de esconderlo detrás de su espalda y lo mostró. Eran unas flores. Pero no unas cualquiera. Unas violetas muy bonitas-. Para ti.

Eso era increíble. Nunca me habían regalado flores. Y Damon era la primera persona que...

-Esto... Gracias -pude hablar y me sonrojé un poco. Luego decidí volver a intentar hablar, aunque solo pude decir-:, estuviste genial. Enserio.

-Gracias.

Y decidimos tomar algo. Él me invitó a una cerveza y luego yo a un cubata. Luego él me invitó a un mosto y yo a él a una Coca-Cola. Así que acabamos un poco borrachos. Más bien la borracha era yo. Casi nunca había bebido, pero quería divertirme y...

-Te llevaré a casa, Cassie. No debes... -me empezó a agarrar de los brazos para conducirme a la puerta-. ¿Puedo conducir tu coche?

-Sí -le di permiso sin rechistar-. Pero baja la música, porfa.

Él me obedeció y hasta parecía feliz de todo. Yo no sabía qué pensar. En el camino a mi casa estuvimos callados. Oía a veces a Damon tararear canciones de la radio. Eran famosas y hasta en la última me uní a él.

-Supongo que... -Intenté levantarme, pero estaba débil.

Él fue atento y me ayudó a entrar en mi casa. Luego me sentó en el sofá y se sentó a mi lado. Apenas 2 metros de separación.

Rompí el silencio una vez bebí agua.

-Oye... Puede que sea paranoica... pero creo que te gusto, ¿no es verdad? -intenté sonar seria y cuerda.

Damon asintió levemente. ¿Hasta dónde podía llegar con eso?

Me acerqué más a él. Nos separaba un metro donde estaba colocado un cojín. Le miré a los ojos azules claros y volví a mirar la distancia. Damon, al percatarse, se separó. Algo prudente, pero... ¿Porqué?

-Creo que yo también puedo sentir algo por ti, pero no lo sé... -dije nerviosa-. ¿Puedo... besarte? -pregunté no sé cómo.

Damon no dijo nada. Me miró a los ojos y luego a los labios. Estaban rojos porque me los había pintado. Y me lanzé. Lo besé.

Sus labios eran cálidos y se amoldaron muy bien a los míos. Le besé lentamente, pero al ver que Damon no se separaba y no rechistaba, metí baza al asunto y le di otro beso que él correspondió. Me miró a los ojos y luego hablé a apenas unos centímetros de distancia:

-Estoy cansada y... -dije como excusa.

-Lo entiendo -me dijo. Nada más. Ni se despidió. Se fue.

Estaba confusa, seguía igual. Besarle no había cambiado nada. Era peor aún. No quería fastidiar nuestra amistad...

¿Puede que me gusten los dos? Esto se está poniendo cada vez peor.

WonderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora