Un chico rubio con ojos azules seguía deprimido por todo lo que había visto. Había sido duro para él verlo con sus propios ojos y ver que ya no había posibilidades con ella. Porque a ella le gustaba otra. Y era una chica. "Podía ser que fuera bisexual..." pensaba Aquiles "Pero igualmente ya da igual".
Miraba al techo triste y dolido por el asunto. Siempre iba muy detrás de Bella y parecía un perrito faldero, y ahora la historia había cambiado. Ahora parecían más distantes...
La escuela les juntó de nuevo el siguiente lunes, el último lunes que darían clase en este trimestre.
Aquiles se sentó en su sitio habitual e intentó atender en las clases, aunque a veces cogía un libro y leía por debajo de la mesa para distraerse. Bella, en cambio, estaba centrada y sin pensar ni en Cassie ni en Aquiles. Sólo quería trabajar...
A las 12 hubo el descanso habitual y los dos se juntaron con un par de chicas amigas de Bella. Estaban hablando y Aquiles mirando su móvil. Cuando se rieron por lo bajo, Aquiles murmuró algo.
-Pss, Bella.
Ella volvió su mirada hacia él, ignorando a sus amigas por un momento.
-¿Qué pasa? Estás muy callado...
-Sólo quería saber una cosa: ¿Qué tal te fue con ella? -siguió susurrando para que las otras chicas no le escuchasen- ¿Hiciste tu plan?
-Pues al final no salió como esperaba porque tú metiste las narices en el asunto -contestó más alterada que antes y luego preguntó confundida por las acciones de él:-¿Por qué?
-Porque me... gustas -confesó sonando avergonzado-.Y soy un tonto. Estaba muy celoso y solo quería que ella te rechazara. Ya veo que no -confesó todavía dolido.
A Bella no la llamó la atención la confesión, lo presentía desde hacía poco y ahora había comprobado que era cierto, pero lo que más la llamaba la atención fue:
-¿Cómo lo sabes?
-Os vi besándoos -sus mejillas se coloraron.
-Además eres espía -le acusó enfadada.
-...
Sin contestación. Bella dejó de dirigirle la palabra y sus amigas no se metieron en el asunto, cambiaban de tema para evitar hablar de ello.
Aquiles, después de no contestar, se largó y se dirigió a la siguiente aula para seguir con las clases aunque no estuviera muy animado. Siempre podía leer debajo de la mesa sin que le pillasen...
Cuando acabó las clases, como nadie se le acercó, fue a una cafetería cercana para tomar un café y algo para comer rico, prefería esa a estar en casa y con suerte estaría más tranquilo allí.
Fue a la cafetería y buscó un sitio adecuado. Se sorprendió al ver una cara conocida, era ni más ni menos que Patroclo, que estaba sentado en una mesa con un libro y con un par de bocadillos. Él desvió la vista un segundo del libro y se dio cuenta de que Aquiles le estaba mirando. No supo si ofrecerle sentarse hasta que le vio con mala cara...
Le animó a sentarse con un gesto con la mano y Aquiles respondió acercándose. Le saludó amablemente:
-Hola...
-Hola... -respondió Patroclo y preguntó:-, ¿cómo tú por aquí?
-Pues... tenía ganas de un café y de comer aquí en general -explicó suspirando-. ¿Y tú?
-Algo de lo mismo -sonrió pensando en las coincidencias, luego le volvió a preguntar lo mismo de otra manera:-. ¿Qué haces aquí de verdad? No tienes buena cara... parece que has tenido un mal día... ¿Me equivoco?
Aquiles se sorprendió porque alguien, y más un desconocido que había visto una vez y habían intercambiado unas pocas palabras, lo había notado.
-Miento mal, ¿verdad? -contestó al fin mirando hacia el suelo.
-Se puede decir que sí -sonrió levemente-, ¿entonces cuál es el problema?
-¿Puedo confiar en un desconocido?
-No somos unos desconocidos, nos hemos visto una vez -corrigió y luego contestó a su pregunta-. Puedes confiar en mí. Sé que necesitas soltar sea lo que sea.
Aquiles emitió un ruido pensativo hasta que comenzó a contar su problema y dolor.
-Pues básicamente que la chica que me gusta le gusta otra chica -empezó a contar-. Y encima se ha enfadado conmigo porque he metido la pata.
Esa declaración no se la esperaba Patroclo y sólo suspiró con compasión.
-Pues vaya... sí que tienes un problema... ¿Esa chica sabe que te arrepientes?
-Pues... sí se lo dije pero... la cagué demasiado... arruiné su plan de declararse a ella porque vi a la otra chica y no pude no contárselo -explicó y ante la reacción de Patroclo se excusó:- Créeme, tenía celos y cuando tengo ese tipo de ataques no pienso con la cabeza.
-Más bien piensas como la mayoría de los chicos, con la entrepierna -contestó Patroclo-, no te ofendas...
-No, si tienes razón, la he cagado bien y ella no creo que me perdone tan fácilmente.
-Pero... Vais juntos a clase, ¿no?
-Sí, claro. Es mi amiga más cercana...
-No será Bella, ¿verdad? -sospechó Patroclo.
Aquiles asintió levemente y sintió otro pinchazo en su corazón, la herida seguía abierta.
-Supongo que no es mucho si te cuento que la otra chica es Cassie, tu amiga.
"Oh. Dios. Mío. No. Puede. Ser. Ella. Es. La. Otra."
Patroclo se sorprendió tanto que no pudo beber un trago de agua hasta pasados unos segundos de shock. Aquiles se quedó expectante hasta que volviera en sí, luego le tocó el hombro.
-Tranquilo, ya somos dos los dolidos.
-Sí -asintió como si le hubieran clavado una estaca en su corazón.
Patroclo intentó comer sus bocadillos mientras Aquiles husmeo el libro de este. Lo vio interesante y no dudó en preguntarle por él para cambiar de tema.
-Pues... trata sobre un mundo distócico en el que cada año tiene que jugar a unos juegos e intentar sobrevivir, aunque solo quede uno en pie -contó lo básico de dicho libro, era Los Juegos del Hambre, al ver que Aquiles prestó interés contó más-, en este salen Katniss y Peeta, los dos protagonistas que intentan sobrevivir a diferentes desafíos.
-Ajá.Tiene una pinta estupenda, tengo que leerlo -contestó Aquiles cuando terminó su acompañante, no quiso nombrar que Bella le había recomendado leer la saga, ya que solo se había leído el último para la película en la que se encontraron ellos dos.
-Gracias. Espero que te guste -sonrió y miró la hora- Oh, vaya, creo que deberías pedir algo de comer... Son casi las 15:30, debes de tener hambre...
Al decir eso las tripas de Aquiles rugieron y se acercó a la barra a pedir un bocadillo de jamón con queso y un café solo. Luego volvió con Patroclo y empezaron a conversar de nuevo. Los dos hablaban entretenidos e intercambiando opiniones. Y antes de que Patroclo se fuera quiso aclarar algo al necesitarlo decir en voz alta:
-Siento algo por Cassie. No lo sabía al principio hasta que hace poco... -contó aliviado por quitarse un peso de encima-. Solo necesitaba decirlo en voz alta aunque ya no sirva para nada... Ya es imposible -suspiró.
-Sí, pero al menos ellas están felices aunque no sean con nosotros. Y así hemos podido hablar juntos -sonrió y se dio cuenta de lo que acababa de decir.
-Tienes razón, sin ellas no hubiéramos acabado hablando juntos. Y tengo que opinar que me has caído muy bien. Si te apetece ponerte en contacto conmigo y hablar cuando lo necesites, te doy mi número -ofreció su móvil para que lo añadiera a contactos.
Aquiles añadió su número a sus contactos y luego le sonrió. Al final el destino los había juntado, aunque no hubiera sido como ellos querían.
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Wonderland
Novela JuvenilEn una ciudad llamada Wonderland, una joven escritora se muda a dicha ciudad para continuar con su carrera. Lo que no se espera es que hubiera tanto drama. Sí, drama. El típico chico que se enamora a primera vista de ella, pero ella no está conforme...