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Seamos honestos, no confiaré en nadie.

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El ambiente en la habitación se había vuelto opresivo, casi irreal, después de las impactantes palabras del omega de cabello gris. La tensión era palpable, como si el aire mismo se hubiera densificado alrededor de ellos.

Yoongi permanecía inmóvil, sus ojos fijos en el omega amarrado frente a él. La mente del príncipe se debatía en un torbellino de preguntas y dudas. ¿Qué significaban las absurdas declaraciones que habían salido de los labios del omega? Y peor aún, ¿Cómo este extraño conocía el nombre de su destinado?

Jungkook, a su lado, no ocultaba su desconcierto. Su expresión y su aroma eran un claro reflejo de su confusión. Sin embargo, una risa nerviosa y casi incrédula escapó de sus labios. "¿De qué demonios hablas? ¿Te golpeaste la cabeza en algún momento? ¿Tanto tiempo encerrado te afectó? Ni siquiera sabemos quién carajos es Park Jimin."

El omega frente a ellos emitió un gruñido profundo, y si no hubiera estado amarrado, probablemente habría saltado sobre Jungkook para atacarlo. "¡Ten respeto al hablar sobre mi príncipe bastardo!" vociferó, su voz cargada de furia.

Jungkook retrocedió un paso, no por miedo, sino por la sorpresa ante la vehemente reacción del omega. Luego, dejó escapar un pequeño gruñido en un intento de intimidar al prisionero, pero el omega le devolvió el gruñido con igual intensidad, sin mostrar signo alguno de amedrentarse.

Yoongi recorrió la habitación con la mirada, tratando de calmar el tumulto interno que sentía. Su corazón latía con fuerza, su cuerpo estaba rígido y sentía el sudor frío recorriendo su espalda, a pesar de estar seguro de que no hacía calor en la habitación. Sus ojos finalmente se posaron en el médico Choi, quien se encontraba en una esquina, intentando parecer invisible.

"Puede retirarse, señor Choi," dijo Yoongi con frialdad, su voz resonando con autoridad en el silencioso cuarto. Las palabras de Yoongi captaron inmediatamente la atención de Jungkook y Taehyung, que dejaron de gruñirse mutuamente para dirigir su atención al príncipe.

El beta en la esquina dio un pequeño brinco ante la orden y asintió repetidamente. "Sí, señor. Justo estaba pensando en irme ya mismo, no se preocupe."

"Creo que no hace falta recordarle que cualquier cosa que haya escuchado o visto en esta habitación debe mantenerse en absoluto secreto, ¿verdad?" añadió Jungkook, su tono severo.

El médico Choi asintió vigorosamente, su expresión reflejando tanto el miedo como el respeto. "Por supuesto, no se preocupe," murmuró antes de salir apresuradamente del lugar, cerrando la puerta tras de sí con una reverencia apresurada.

Cuando en la habitación solo quedan Jungkook y el omega, Yoongi siente que puede respirar solo un poco mejor. La tensión aún palpita en el aire, pero la ausencia del médico Choi alivia ligeramente la opresión en su pecho. Yoongi decide dar un par de pasos hacia el omega amarrado en la silla, acercándose lo suficiente como para que su presencia se sienta menos intimidante. Luego, se agacha para quedar a una altura similar a la del prisionero, buscando establecer una conexión más directa y humana.

Los ojos del omega, que antes brillaban con un tono dorado intenso, han regresado a su color gris original. Yoongi interpreta esto como una señal de que el joven está más calmado, aunque no deja de notar que el humor del omega puede ser increíblemente volátil. Sabe que debe proceder con cautela si quiere obtener respuestas claras y útiles.

Con una pequeña sonrisa, tratando de lucir lo más amigable posible, Yoongi pregunta suavemente: "¿Cómo conoces ese nombre?"

El omega responde con una sonrisa que, aunque arrogante, no deja de ser intrigante. "Ya te lo dije, es mi príncipe y el heredero de Busan."

ᴡᴏʟꜰ ᴋɪɴɢ || ʏᴏᴏɴᴍɪɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora