capítulo 2: i know you

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Clara Horner

Resulta que Charles era tan encantador como parecía a través de la pantalla. Atractivo, gracioso, majo, y en contra de lo que mi padre querría, justo lo que a mí me gusta.

Al nivel de su compañero de equipo, Carlos, con quien Checo estaba hablando en español a nuestro lado tras presentármelo y con Max haciendo de estatua entre los cuatro, completamente callado.

No era que me importase, por mí como si se quería ir, porque la conversación con Charles era lo suficientemente interesante.

—Así que, guapa, lista, con conocimiento suficiente para arreglarme el coche, y me atreveré a decir que una gran fan de Ferrari por tu pelo—El monegasco habló—¿Acaso tienes algún defecto?

—Me gusta pensar que no—Reí—Pero eres bienvenido a encontrar alguno.

—Puede que lo ha...

—Charlie, creo que deberíamos irnos, Clara aún no ha visto nada más del paddock, está ha sido nuestra primera parada, así que...—Decidme que no acaba de hacer lo que creo que acaba de hacer. 

Tal vez mañana este idiota llegue al garaje y se encuentre las ruedas de su monoplaza hechas trizas. Solo digo.

—En realidad está bien, chicos. ¿No son todos iguales? Estaré la temporada entera—Apunté, en un intento de poder seguir en lo que estaba segundos atrás, pero parecía que a Checo sí le había convencido.

El mexicano estaba empeñado en presentarme al resto de pilotos, y dado que era la única persona que me caía bien dentro de Red Bull, no tenía el corazón de decirle que no.

Nos despedimos de forma rápida, aunque podría jurar que el abrazo que me dió Charles habría durado más si cierto ojiazul no hubiese aparecido por detrás para despedirse él mismo del monegasco.

También estaba bastante segura de que lo estaba haciendo porque quería librarse de mí lo antes posible, cosa que era correspondida.

Seguimos nuestro camino por las diferentes escuderías: Alpine, Sauber, McLaren (dónde descubrí que Lando y yo teníamos una personalidad espeluznantemente pareja), Williams, RB (sí, Daniel Ricciardo es tan energético en persona como lo parece a través de la pantalla), Aston Martin...

Todos, en general, hasta acabar en Mercedes, que estaba en el lado contrario del paddock. Russell era increíblemente majo, además de entendernos de una forma que solo dos británicos podríamos. La verdad que estaba pasando un tiempo bastante agradable.

—¡Yo a ti te conozco!—Todos nos giramos hacia el siete veces campeón que acababa de entrar en escena

—¿A mí?—Confundida era poco. Yo rara vez había tenido contacto personalmente con alguno de los pilotos, o ningún tipo de contacto en general. No me gusta relacionarme con el mismo entorno que mi padre.

—Es la hija de Christian—Si vuelve a presentarme así, le voy a dar una patada que desde Baréin le mando de vuelta a Países Bajos.

—¡Sí! Yo estuve en una fiesta tuya hace algunos años, en tu cumpleaños, creo. Cumplías 18.—Explicó, y eso en realidad, no me había aclarado absolutamente nada, y él lo notó.—Cuando nos fuimos a Las Vegas en un avión privado y hubo una pareja encerrada en el baño todo el viaje, y después llegamos al aeropuerto y casi nos para la policía al llegar.

Ah, eso suena como algo que podría hacer yo, en efecto. Mi inicio rebelde fue... Salvaje. Y totalmente sin control. Había llevado hasta mi adolescencia una vida llena de normas, protocolos, y vestidos demasiado incómodos para llevar por más de quince minutos.

out of control | max verstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora