capítulo 17 : tension

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Max Verstappen

No puedo siquiera enumerar la cantidad de cosas que están mal este fin de semana, empezando por el idiota ese que no para de sonreír y se pega a Clara como un chicle. ¿Es que le pagan por sonreír? ¿Está anunciando una pasta de dientes o qué?

Era insoportable, pero casi me molestaba más la familiaridad que se traía con ella. Esos toques tan cercanos, esas risas, esas miradas, me daban ganas de partirle la cara y preguntarle quién coño era. Después pensé que probablemente la pelirroja me devolvería el golpe y la verdad que sabía cómo pegar, lo había comprobado en mis propias carnes, y aún me dolí un poco la mejilla de vez en cuando-

Después me enteré de que el señor sonrisas se llama Luke, y era su mejor amigo, al cual le había presentado a absolutamente todos menos a mí. ¡Incluso a Checo! Es cierto que tal vez mi intervención en la sala de conferencias después de no hablarnos durante casi un mes no fue lo más... Oportuno, digamos.

Pero es que me molestaba verlos. Me hervía la sangre de una forma irracional y necesitaba hacer algo, cualquier cosa para que ella pusiese su atención en mí y no en él.

Sí, la verdad que ahora que lo verbalizo suena bastante mal. Tal vez deba ir al médico, es posible que el puñetazo de la británica haya removido las (pocas) neuronas que tengo y me haya provocado esto, porque jamás me había sentido así.

Sea como sea, todo fue una mierda. Los vi de aquí para allá, juntos, todo el puto rato. Había momentos en los que dudaba que hasta la acompañase a mear, lo juro.

Bueno, tal vez esté exagerando un poquito.

Y ni siquiera se pasaron por Red Bull. Christian parecía resignado a no hablar con ella, mi padre estaba en paradero desconocido (algo que me agradaba), Helmut tampoco estaba, así que era yo sólo con mis pensamientos, que se basaban en diferentes escenarios sobre cómo alejar a la hija de mi jefe de las garras de un desconocido que me daba mala espina.

Así que cuando oí lo de la fiesta preparada por ella, ni siquiera pensé dos veces si ir o no, la decisión ya estaba tomada incluso si el fin de semana era tan desastroso como lo fue. Necesitaba mantener un ojo en ese chico, no por ella, claramente. Nunca sería sobre ella. Es solamente... Intuición masculina. Sí. Eso.

Para nada había pasado más tiempo de lo normal eligiendo mi ropa, estando seguro de que me veía bien, incluso si mis conjuntos siempre eran simples, y obviamente jamás esperaría algún tipo de reacción por parte de ella.

Bueno, tal vez sí hice todo eso.

Y no obtuve nada, por cierto.

No bebí, en parte porque todo lo relacionado con el trabajo había sido horrible y no estaba de humor, y en parte porque había visto como Clara estaba bebiéndose prácticamente hasta el agua de las fuentes, así que a media cerveza, paré, sabiendo que ella había venido en coche.

¿Que si era éticamente correcto admitir que la había seguido cuando la vi irse sospechosamente seguida del chico sonrisas recién llegado? Puede que sí, por eso mismo no admitiré que lo hice.

Confundido era poco, y aún más cuando empecé a oír la conversación (no, tampoco confesaré jamás que hice eso) entre los dos. ¿Pensaba conducir? ¿A dónde iban? Eran casi las tres de la mañana, y supuestamente esta fiesta era para Lewis. ¿Por qué se iría? ¿Tal vez no le gustó mi presencia? No, no, no podía ser eso. Ella no me hablaba, sí, pero no huiría así como así, y...

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte rugido de motor, seguido por risas escandalosas. Me distraje por un momento y se largaron. Conduciendo sorprendentemente bien, contra todo pronóstico.

out of control | max verstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora