Mi maestro se queda en silencio ante lo que he dicho, pero yo sonrío complacida con la manera en que él parece no saber que decir, lo miro fijamente sin dejarme intimidar ni por un solo segundo de esos magníficos ojos dorados que ahora se han oscurecido sin apartarme la mirada, aunque su rostro en este momento no muestra absolutamente nada, la manera en que la oscuridad se ha esparcido me deja mucho a decir. Sonrío con suficiencia dando un paso más cerca de él, todo su aroma me envuelve como el más dulce veneno, porque todo a lo que le presto atención es a él.
Es un hombre muy alto y fuerte. Si hay algo que me encanta de los hombres son los brazos fuertes, porque eso me deja imaginar la manera en que puedan utilizarme como una muñeca para movilizarme a su antojo en la cama. Me encanta que tengan la fuerza necesaria para poder con la clase de mujer que soy y algo me dice que mi maestro es un hombre con muchísimo que darme. Sin embargo, él no entrará en el juego que quiero tan fácil, eso lo sé cuándo él no se intimida conmigo.
Soy la clase de mujer que desborda confianza y eso suele intimidar a los hombres, hay algunos que ni siquiera pueden sostenerme la mirada durante mucho tiempo sin sentir que caen en el maldito peligro que represento. No por nada he hecho que todos me sigan como si fuese alguna clase de diosa, no por nada mi profesor cayó redondito por mí profanando su amor y echando a la borda toda su maldita carrera. Sé la clase de peligro que soy y siempre lo utilizo a mi favor.
A mí no me va hacérmelas de idiota, de esas que saben que son hermosas y pueden obtener ventajas de ello y no usarlo. Si la vida nos da armas para enfrentarla, así sea solo el físico, hay que usarlo. Nada en esta vida es una desventaja si puede poner las cosas a tu favor.
Es por eso que una sonrisa traviesa enmarca mi rostro cuando detallo más fijamente la espécimen de hombre que es mi profesor. Definitivamente su esposa come bien cada noche, porque yo con este hombre, no lo dejo salir de la cama a menos que hayamos echado unos cinco polvos.
—Creo que su insolencia por algún motivo me sigue sorprendiendo—su voz es baja, calmada y peligrosamente seductora porque me hace apretar las piernas cuando el relámpago de deseo me recorre todo el cuerpo hasta posarse en ese lugar—parece que aún no quedamos lo suficientemente claro cuando le advertí que tenga cuidado conmigo señorita Higurashi—suspiro ante la manera en que mi apellido se desliza por sus labios enredando las letras en ese acento que posee.
—Tengo mucho cuidado maestro—susurro dando otro paso más, quedo tan cerca que puedo sentir su respiración en mi rostro. Sus ojos me están orillando a bajar la vista, pero la mantengo en él haciéndole saber que yo no me doblego y mucho menos cambio mis palabras—el que debe tener cuidado con la manera en que me observa es usted, he visto que soy la fuente de su atracción los últimos días. Pero puede estar tranquilo, a mí me encanta que me observe—sonrío y levanto la mano para tocarlo, sin quítame los ojos sus manos sujetan mi mano con firmeza evitando la acción. El tacto quema en mi piel y es una descarga que me pone a mil.
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Deseo Inmoral
FanfictionKagome es una chica caprichosa, eso ella lo sabe. Siempre consigue lo que quiere, porque cuando se propone algo lo cumple y ahora sus ojos cayeron sobre el profesor más deseado en la facultad. Ella sabe quién es él, sabe que está casado, pero acerca...