Kagome es una chica caprichosa, eso ella lo sabe.
Siempre consigue lo que quiere, porque cuando se propone algo lo cumple y ahora sus ojos cayeron sobre el profesor más deseado en la facultad. Ella sabe quién es él, sabe que está casado, pero acerca...
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Mi querido profesor Taisho me está evitando como uno evita a una enfermedad mortal. Siempre es el primero en irse de la clase y el último en llegar, un comportamiento que parece que solo a mí me parece extraño, pero lo demás no lo comentan o quizás no le dan importancia. Supongo que debe ser suficiente distracción ese espécimen hablando con ese acento orgásmico que tiene o luciendo las camisas que siempre le quedan como anillo al dedo.
Perfecto.
Pero, aunque trate de evitarme, soy inevitable para él. Desde el momento en donde se dejó llevar y me tocó él es parte del juego, antes pensé que su ficha sería problemática para poder usarla, pero ahora él estará a mi merced, eso lo tengo tan claro como el objetivo que he trazado en mi cabeza. Inuyasha no volverá a su papel de ignorarme o hacer como que no causo cosas en él, porque vi esa fascinación casi diabólica en su rostro mientras me observaba deshacerme del placer entre sus dedos, esa mirada significa algo, algo que él no controla.
Aunque tengo que admitir que una parte de mí no deja de pensar en lo que sucedió en ese baño, siempre es interesante preguntarme como sería que usara algo más que sus dedos. No lo negaré, sus malditos dedos enloquecieron mi cordura cuando me folló con ellos. Pasé días tocándome cada noche con ese recuerdo, pero mis dedos no le hacían justicia a lo que ese hombre me hizo sentir.
Inuyasha Taisho es un hombre realmente intrigante, no pensé que caería tan fácil, pensé que opondría más resistencia, pero veo que esto era algo que él en secreto deseaba. Es por eso que lo veo entrar al baño de profesores porque he estado observándolo como una acosadora, no es como que me importe, pero soy cuidadosa por el momento. No me interesa que las cosas se apresuren cuando todo está poniéndose interesante.
Siento la presencia de una persona, por lo que miro sobre mi hombro encontrándome con unos ojos azules que me han estado persiguiendo por la universidad en cuanto tienen la oportunidad. Bankotsu es un chico que siempre está rodeado de otras personas porque es el jugador estrella de la universidad, rico y tiene un futuro brillante por delante siempre y cuando sus secretos no salgan a la luz.
Sé que es arriesgado utilizar una persona como él, una persona influyente, pero yo siempre obtengo lo que quiero y nadie me detiene cuando algo se me mete a la cabeza, es por eso que cuando veo como las tres idiotas que creen que pueden ser algo en la vida, se le acercan sonrientes, decido que es momento de que Bankotsu me comience a explicar lo que ha averiguado.
Me acerco a paso tranquilo sintiendo como me mira y es por eso que concentro mi mirada con esos ojos llenos de maldad. Las chicas ni se dan cuenta de que me acerco y de que, de hecho, tengo la atención del chico que quieren. Lo veo recorrerme de pies a cabeza, pero supongo que cree que me sentiré amenaza por eso, sé bien la clase de mujer que soy y es de las que llama la atención con solo andar.
Y eso lo confirmo cuando los ojos de los estudiantes a nuestro alrededor se posan en nosotros, me doy cuenta de todo eso mirando de reojo porque me niego a que me vean dudar, aunque sea un segundo. Desbordo confianza con cada paso que doy y cuando me acerco lo suficiente, sonrío con suficiencia.
