Capítulo 9

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Inuyasha

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Inuyasha

Ingreso a mi casa con un suspiro cansado, cuando estoy dentro el sonido de la voz de mi esposa hablando por teléfono es lo único que puedo captar. La risa de Kikyo me hace enarcar una ceja y cuando ella me ve su sonrisa aumenta mientras se levanta y se acerca a mí. No paso desapercibido la manera en que el corto vestido se ajusta a sus destacables caderas. Porque tengo una esposa que es hermosa y muy sensual.

—Bienvenido a casa cariño———se acerca besando mis labios y le cuelga a la persona con la que hablaba buscando profundizar en el beso, pero la detengo mirando su sonrisa—adivina—me encojo de hombros.

—¿Qué pasa?—ella suspira y se aleja para sentarse.

—Al parecer volviste a olvidar confirmar nuestra asistencia al evento de caridad de esta noche—no menciono que la única razón por la cual lo olvidé es porque no me interesa ir.

Soy un hombre muy reconocido públicamente, esto es debido a los trabajos que he hecho como fotógrafo. Soy llamado el fotógrafo de la generación, además de ser popular como escritor de poesía erótica, mis libros son vendidos con rapidez y siempre ocupan los primeros lugares en la lista de los más vendidos. Aunque soy un hombre famoso en esa área, mi fortuna no se debe del todo a ello, influye la herencia de mi padre al morir.

Supongo que las personas que están destinadas a ser exitosas siempre lo serán.

No soy un hombre que se vaya a quejar de algo en su vida, tengo todo lo que necesito y sé que estoy por encima de muchas personas con mi sola presencia. Mis dos carreras son bastantes reconocidas, además de que soy un hombre de negocios con varias cadenas de hoteles. A mis veintisiete años estaba en la cima del mundo, es por eso que luego de un año, me casé con mi esposa a quien conocí en una fiesta, nos enrollamos un par de veces, la hice mi novia y luego, más tarde, mi esposa.

Entre Kikyo y yo la relación es buena, ella sabe cuándo no molestarme porque soy un hombre que no tiene paciencia para estar rodeado de personas que no capta que me gusta la obediencia y el orden, ella sabe cuándo callar y no molestarme. Sé que no fue del todo el amor por mí lo que llevó a Kikyo a darme un sí cuando nos casamos, pero tampoco puedo decir que de mi parte es amor lo que siento por ella.

Solo que fue la candidata más acta para el papel que buscaba cuando todos me decían que debía dar el siguiente paso, no digo que no la quiero o que no me enloqueció cuando la conocí, porque si, nuestras escapadas fueron algo emocionantes, pero, como todo en la vida, el fuego pasa, pero la estabilidad se queda.

Crecí en una familia donde el matrimonio es esencial, es por eso que siempre busqué sentar cabeza en algún momento de mi vida, además, luego de tres años de casados, nunca he sentido las ganas de traicionar a Kikyo o buscar en una mujer algo más. Mi esposa es una mujer hermosa, sensual y siempre está pendiente de mí. Quizás una parte de mí sabe que nunca llegaremos a querernos como otras personas, pero la estabilidad en una relación es primordial y eso es lo que ella me hace sentir.

Deseo InmoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora