Kagome es una chica caprichosa, eso ella lo sabe.
Siempre consigue lo que quiere, porque cuando se propone algo lo cumple y ahora sus ojos cayeron sobre el profesor más deseado en la facultad. Ella sabe quién es él, sabe que está casado, pero acerca...
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Termino de aplicarme el labial y reparo en todo mi rostro orgullosa de mi desempeño y trabajo. Sonrío un poco y me levanto para ponerme el vestido corto color negro que compré la semana pasada. Es de tiras finas y se ajusta a cada una de mis curvas, mi cabello va en una coleta alta y mi maquillaje tiene un aire arrebatador. Quizás es porque me gusta mucho mi rostro y cuerpo, pero, me veo bastante sensual y sexy.
Me monto en unos tacones y aunque parece que estoy exagerando, nunca me gusta pasar desaperciba a donde voy, además de que me gusta vestir bien para cualquier lugar.
Mi teléfono suena anunciando un mensaje de Sango con quien quedé en encontrarme fuera de la fiesta. Hace tiempo que no voy a una fiesta con chicos de mi edad, debo revivir las viejas costumbres y el desastre que puedo ser, además, voy con un objetivo en mente a ese lugar.
Guiñándole un ojo a mi reflejo me encargo de tomar mi bolso y bajar al primer piso donde mis tíos se ríen en voz baja de algo que miran. Llamo la atención de los dos y cuando giran hacia mi doy la vuelta para que admiren cada espacio de mi precioso trabajo.
Mis tacones son altos, mi maquillaje bastante llamativo y el vestido, aunque es corto, se pega a mis curvas dándome un aire sexy, pero sofisticado. Le guiño un ojo a mis tíos.
Mi tía es la primera en levantar los pulgares dando su aprobación, mientras que mi tío frunce el ceño. Aunque eso es costumbre cada que voy a salir, si fuese por él estaría ahora mismo metida en la cama durmiendo, creo que nunca entenderá que ya no soy una niña.
—Te ves preciosa Kag, me gusta el tono de tu labial y el maquillaje te quedó muy bien—le lanzo un beso de manera juguetona a mi tía.
—Ya sabes, avisa si sucede algo. Ten cuidado con lo que tomas, no le aceptes bebidas a extraños, mantén tu teléfono cerca y solo socializa con tus amigos, ten mucho cuidado con los extraños. Si te dan comida o alguna bebida, no la tomes. Estamos a una llamada, si no te sientes cómoda o te sientes mal nos llamas de inmediato—mi tío habla mirándome con preocupación, le doy una sonrisa. Mis pasos se escuchan cuando el tacón hace contacto contra el suelo, pero voy hasta ellos y dejo mi labial en sus mejillas con el beso que les doy a cada uno.
—Todo irá bien, duerman tranquilos. Ya me voy, me deben estar esperando—con una sonrisa yo salgo de la casa. El frio de la noche me recibe y hago una pequeña mueca, adentro del coche tengo un abrigo, pero no lo tendré puesto, no puedo dañar mi outfit.
Subo al coche y conduzco con una música puesta en la radio. Mi perfume está por todo el lugar. Canto en voz baja siguiendo las indicaciones del mapa con la ubicación que me envió Sango quien me mandó un mensaje asegurando que ya me está esperando. El lugar es la fraternidad de chicos que casi van en su último año. Sonrío divertida viendo todo el movimiento cuando llego, hay bastantes coches, por lo que duro un rato buscando donde dejar el mío.
Cuando lo logro retoco mi labial y respiro hondo siendo práctica con las medias que llevo hasta la mitad de los muslos, oculto mi teléfono y dándome apoyo y ánimos, bajo del coche.
