Once.

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-Irina: ¿Quiere algo más de comer?

-No, estoy bien.

-Irina: El príncipe Magnus se a portado muy bien con usted, le ha traído remedios. Con eso he visto que se siente bien.

-Si, me siento mucho mejor, mañana volveré a mis actividades diarias.

-Irina: ¿Le sucede algo príncipe? Esta muy pensativo y nunca por más enfermo que este jamás lo había visto descansar.

-Estoy bien, solo... cansado.

-Irina: Es bueno que descanse príncipe, si quiere yo me quedo aquí con usted para cuidarlo.

-No por favor, vaya a casa con cuidado, la debe estar esperando su familia.

-Irina: Cómo ordene señor. Lo veré mañana entonces.

-Claro.

Ella me hizo una reverencia y se fue.

Quería verlo de nuevo, no pudimos hablar porque Irina estaba conmigo.

Se abrió la puerta y entraron Izzy, Jace y Max.

-Jace: ¿Cómo está el moribundo?

-Mejor, gracias.

-Max: Te extrañe.

-Yo también.

-Izzy: El príncipe te trajo remedios.

-Si, a sido muy amable.

-Jace: ¿Paso algo en su viaje?

-¿Por qué?

-Izzy: Muy distraído estaba el príncipe, no podía concentrarse nada.

-Max: Si, lo castigo Hodge con correr, sentadillas y muchos ejercicios, lo puso entrenar conmigo.

-Jace: No es tan perfecto como pensábamos.

-Tal vez esta pasando algo, no podemos juzgarlo, a mostrado ser alguien competente, falta comprensión de su parte. 

-Izzy: Por eso eres el mayor.

-Max: Y futuro rey.

-Jace: Si, si fuera uno de estos ya estaría en ruinas tu reino.

-Izzy: Lo siento por el reino Herondale.

Me reí.

Magnus entró con más remedio.

-Magnus: Lo siento no sabía que...

-Descuide príncipe.

-Magnus: Le traje más remedio.

-Gracias.

Se acerco a dármelo.

-Magnus: Vendré después , disculpen.

El salio de nuevo.

-Jace: ¿No toca la puerta?

-Le dije que ya no lo hiciera.

-Izzy: Será mejor que te dejemos descansar. Vendremos después.

-Si.

Izzy beso mi frente y salieron de mi habitación.

Me levanté, tenía que vestirme porque estar todo el día en pijama no debe ser tan bueno.

Se volvió abrir la puerta y entró Magnus.

Nos quedamos viendo y corríamos hacía nosotros para besarnos.

Sus manos recorrían mi cuerpo, era tanta la pasión que sentía por el, necesitaba tenerlo de nuevo.






















No Me Ames.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora