Capitulo 22

145 15 1
                                    



LALI

Trabajé todo el fin de semana, por lo que no había visto ni hablado con Peter desde el jueves por la noche. Me sigo diciendo que es lo mejor, pero estoy muy segura que no se siente así por la forma en que dejo que me consuma. Hoy es lunes, y es el primero de los tres días en que Gastón no estará en casa y Peter sí. Sé que sabe que Gastón se fue, pero en base a cómo dejó las cosas el jueves, dudo que le importe demasiado. Casi esperaba que eventualmente me explicara si hice algo mal o por lo menos me dijera qué le molesta tanto, pero lo último que recibí de él fue el portazo en la entrada de su dormitorio luego de que se fue.

Puedo ver por qué no ha estado en una relación desde hace seis años. Obviamente, no tiene ni idea de cómo debe tratar un hombre a una chica, lo que me sorprende, porque tengo esta sensación de que él es un tipo decente. Sin embargo, sus acciones durante y después del sexo parecen contradecir su carácter. Es como si las piezas del chico que era se destiñen sobre las del chico que está intentando ser.

Si cualquier otro hombre me tratara como lo hizo él, sería la primera y única vez que estaría con él. No aguanto las cosas que suelo ver soportar a muchas de mis amigas. Sin embargo, me encuentro buscando excusas para él, como si algo en realidad pudiera justificar sus acciones durante la semana pasada.

Empieza a asustarme que probablemente no sea tan dura después de todo.

Ese temor se confirma inmediatamente con el salto que da mi corazón, tan pronto como salgo del ascensor. Hay una nota pegada a la puerta de mi departamento, por lo que me precipito y la tomo. Es sólo un pedazo de papel doblado sin nada escrito en la parte exterior. La abro:

Necesito hacer un recado. Pasaré a las siete si quieres venir. Leo la nota varias veces. Es obvio que es de él y es obvio que es para mí, pero la nota es tan increíblemente informal que por un segundo, empiezo a dudar que lo del jueves sucediera de verdad.

No obstante, él se encontraba allí. Sabe cómo terminó esa noche entre nosotros. Sabe que yo debería estar molesta o enojada, pero absolutamente nada en su nota lo demuestra.

Abro mi puerta y entro antes de que logre instigarme hasta llegar al punto de golpear su puerta para gritarle.

Suelto mis cosas una vez dentro de mi departamento y leo la nota una vez más, analizando todo, desde su escritura hasta su selección de palabras. A continuación, hago una pelota en mis manos con ella y la tiro hacia la cocina, completamente cabreada.

Estoy enojada porque sé que iré con él.

No sé cómo no hacerlo.

***

Exactamente a las siete en punto golpea suavemente mi puerta. Su puntualidad me molesta sin razón. No tengo nada en contra de la puntualidad. Tengo la sensación de que cada cosa que Peter haga esta noche me molestará.

Camino a la puerta principal y abro.

Está de pie en el pasillo, a varios metros de distancia. En realidad, tal vez está más cerca de su puerta que de la mía. Cuando la abro tiene la mirada baja, centrada en sus pies, pero finalmente levanta la vista para encontrar la mía. Sus manos se encuentran escondidas en los bolsillos de su chaqueta de nuevo y no eleva completamente la cabeza. Lo tomo como una señal de sumisión, a pesar de que es más probable que no lo sea.

—¿Quieres venir?

Su voz me invade. Me debilita. Me convierte en líquido otra vez.

Asiento mientras salgo al pasillo y cierro la puerta detrás de mí. Le pongo llave y me giro para mirarlo. Inclina la cabeza en dirección a los ascensores, diciéndome silenciosamente que irá detrás de mí. Trato de leer la expresión de sus ojos, pero sé que no debería esperar poder hacerlo.

Amor entre nubes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora