Takemichi echo una mirada de reojo a su costado, y una pequeña sonrisa apareció.
—Lo puedo imaginar.
—¿No me preguntarás por qué?
Mikey sintió mucho movimiento a su costado, de igual manera se acomodo mejor en la cama y se acostó de lado, encontrándose con una vista deliciosamente bella.
—¿Tú quieres que te pregunte?
—Por supuesto Takemitchy
—Bueno, ¿Por qué Mikey-kun está de buen humor?
—......
—¿Mikey-kun?
El silencio repentino de la llamada extrañó en demasía al azabache, por lo tanto volteo a su lado en busca de alguna respuesta a su incógnita pero lo único que se encontró fueron unos hermosos orbes ónix que lo observaban con suma fascinación y amor.
Mikey luego de percatarse que se había quedado en silencio por demasiado tiempo, desvió la mirada avergonzado.
—Neh, razones para estar feliz no me faltan. Pero, la que más destaca eres tú, compartir mi vida contigo me hace extremadamente feliz.
La sonrisa de Takemichi no podía ser más brillante ahora.
—Ah, Mikey-kun, eres demasiado lindo
—Takemitchy no se queda atrás~
—.....
—........
Dicho ambiente se prolongo por un rato más, ambos mirándose sin la intención de añadir algo más, porque después de todo entre los dos no hacían falta las palabras para decirse lo mucho que se amaban.
O quizás, Mikey sí tenía algo más que decir.
—Gracias por dejarme amarte, Hanagaki Takemichi.
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