Mikey se encontraba en el sofá de su hogar con teléfono en mano, tenia una de sus cotidianas llamadas con el ser que le robo el aliento con solo una mirada. De solo pensar la primera vez que cruzó mirada en su persona, su corazón comienza una maratón que lo deja fuera de sí.
Mientras jugaba con sus pies a cada palabra que decía para tener una conversación, escuchó unos pasos deteniéndose cerca de su costado.
— ¿Mikey? ¿Con quién hablas a estas horas?
Volteó a mirar a su hermana la cual estaba expectante observándole con suma curiosidad, esperando una respuesta a su duda y Mikey con una señal de manos continuó en su llamada porque el rubio ceniza estaba decidido aprovechar cada minuto de la atención de su amado.
Emma hizo un mohín al haber sido ignorada, para así darle la espalda encogiéndose de hombros dirigiéndose a la cocina en busca de agua. Estaba muy interesada en saber quien era el causante de esas sonrisas bobas muy inusuales en su querido hermano y lo iba a averiguar.
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