El azabache intento ocultar en su voz cualquier mínimo detalle que delatara lo muy avergonzado que se sintió.
⎯ Amanecí romántico cariño, y solo por ti~
⎯ Ando bien, ¿Y tú, Mikey-kun?
⎯ De maravillas
⎯ Me alegro
⎯ Quiero preguntarte algo.
⎯ Dime.
⎯ Deseo dedicarte una melodía, ¿Puedo?
⎯ ........
⎯ Estuve ensayando, y creo que logré dominar esta canción
⎯ .........
⎯ Y... Quiero que seas el primero en escucharme.
⎯ E-Esta b-bien Mikey-kun
Takemichi escuchó sonidos extraños provenientes del otro lado de la línea telefónica.
Mikey colocó la llamada en altavoz mientras colocaba el piano sobre su regazo.
Y respiro profundo antes de comenzar.
Sus dedos rozaron las teclas blancas buscando soltarse, y cuando lo logró, una melodía suave surgió de ellas con una majestuosidad hechizante.
Su corazón iba tan rápido que estaba seguro que le saldría de la boca, aún así, cerró los ojos para poder transmitirle a su amado su sentir.
Los iris azules de Takemichi brillaron como nunca antes, la sorpresa en su expresión era evidente. Pero, se vio a sí mismo disfrutando de la hermosa canción al mismo tiempo que una sonrisa surcaba sus labios con una alegría indescriptible.
Dedicándose a escuchar la composición musical, cerró los ojos sintiendo los sentimientos abrazarle.
Durante el transcurso de la llamada, aquella dama de blanco y negro fue la protagonista que rodeo el ambiente de ambos jóvenes en pleno acercamiento mutuo.
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Adivinen que canción toca Mikey, para mí, tiene mucho que decir para está historia ❤
