Capítulo 1.

700 33 53
                                    


1 | EL HOMBRE MAYOR

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

1 | EL HOMBRE MAYOR.

Había escuchado muchas veces hablar sobre amores prohibidos con emociones atormentadas, y siempre pensé que era ridículo, hasta que me enamoré de ese hombre mucho mayor que yo. Es que estar con él me llevó a tener eso inimaginable e intenso que juzgué.

Sabía que estaba mal, pero yo lo veía bien. Era consciente de que él me llevaba casi quince años, pero... me hacía sentir como si fuera el único. Además, me dijo que era muy maduro para mí edad, eso me hizo caer redondito. También debió ser porque yo era demasiado ingenuo o porque tenía esa mala costumbre de maximizar la bondad de los pequeños esfuerzos de mostrar afecto.

Él no me hacía sentir como estúpido, es más, decía que yo era el único que lo entendía y yo me lo tragaba. Creía que íbamos por el buen camino y esperaba vivir para siempre con él.

O bueno, eso esperaba en ese momento. Creo que uno tiene esa convicción cuando, después de tener relaciones de mierda, llega un hombre que te baja las estrellas con su labia y sabe calentar bien tu almohada.

—De esta manera es como controlan los detalles de cada trozo de arcilla —dijo la profesora Lyn—. Ustedes deben preguntarse para qué puede servir esta materia. Sé muy bien que ya están en último año y deben saber manejar la tierra, pero en esta clase se trata de tener precisión y concentración en los detalles.

Sabía que debía estar prestando atención a esa clase de Escultura, pero estaba esperando que mi chico me escribiera. Podría decirme que me escapara en cualquier segundo y yo saldría corriendo a sus brazos.

Seguro estaba ocupado y por eso no me había escrito desde hace dos días. Pero estaba bien, yo no lo iba a agobiar.

—¿Qué estás viendo? —me preguntó Sarah, así que apagué el celular y vi al frente.

—Nada.

—Pues nada te ha tenido muy distraído últimamente. —Me dio un codazo—. Dime qué es.

—Estaba esperando un mensaje de mi padre —mentí—. Fueron al médico y quiero saber cómo fue todo. Pero nada del otro mundo, seguro están bien.

Ella me miró directo a los ojos, como si estuviera dándome una inspección a mis mentiras. Esta vez intenté simular que tomaba apuntes, pero ella volvió a golpearme. En los dos años y medio que llevábamos en La Academia, ella había llegado a conocerme mejor que nadie en el pasado.

—Yo ya estaba emocionándome a qué por fin tuvieras a alguien especial en tu vida. —Ella dejó salir un suspiro profundo y puso una cara triste—. Tal vez debamos conseguirte un novio.

—Por ahora estoy bien. —Por lo menos ella quería algo bueno para mí—. Pero muchas gracias.

—¿No te interesaría saber qué se siente?

Corazones de Cristal ⒹDonde viven las historias. Descúbrelo ahora