3 | LA CLASE DE GEODEFENSA.
Tenía tres cosas en mente que me persiguieron hasta que me dormí. La primera, ¿por qué Thomas iría hasta el bosque? Se suponía que estaba prohibido y que había una barrera, a menos que hubiera hecho un túnel igual que yo. También estaba lo que hizo... ¿Para quién recogió esa muestra de ese árbol infectado? ¿Por qué ese árbol parecía que se marchitaba?
La segunda era más personal: ¿Cómo podría demostrar que era capaz de todo? Yo no era un simple chiquillo como decía Henry. Quizá mis notas no eran las mejores, pero eso no quitaba que me esforzaba.
Y la tercera tenía que ver con esa sensación de nudos en mi estómago cada vez que estaba cerca de Henry Arcadio. Llegaba a entender que tal vez era mi extrema necesidad de su atención y que no me gustaba ser olvidado por él. Pero esa no era toda la verdad... creo que desde el primer momento me sentí así con él, con ganas de huir. ¿Por qué me quedé? ¿Por qué era incapaz de expresar algo sobre su falta de interés? Pensaba que tal vez yo solo estaba siendo tóxico y que exigía acaparar demasiado. Si se suponía que quería estar a su lado, debía acostumbrarme a ello pues él nunca cambiaría.
Salí de mi casa y caminé por los campos para despedirme de mis padres. La caña estaba alta y ellos no me vieron llegar. Me quedé en silencio cuando los escuché hablando sobre mí.
—Las calificaciones de Arin han bajado —decía mi madre empeñada en quitarle las hojas secas a una caña—. Estoy muy preocupada. No quiero que pierda el último curso de esa dichosa academia.
—No la va a perder —comentó mi papá—. Él sabe que es su responsabilidad. Le tengo fe.
—Tú le tienes fe a todos.
Eso era cierto, pero de un modo, mi papá Leo me hizo levantar el ánimo. Sentí un peso de responsabilidad caer sobre mis hombros y, si antes había estado preocupado por mi futuro, la presión aumentaba. Mis padres habían puesto demasiado empeño en mí. Debía mostrarme como un orgullo para ellos.
—Está a punto de graduarse, Leo, y yo lo noto distraído últimamente. No quiero que pierda la concentración, debe lograr un buen puesto de trabajo ya que no quiso quedarse aquí.
Un día ella me había dicho que, cuando creciera, todo eso sería mío y debía ser parte de ello. Pero llegada a una edad, yo decidí que no era lo mío. Hubo peleas y discusiones, pero los convencí de que me apoyaran con los estudios y lo hicieron a regañadientes.
—Todavía está joven, de pronto se haya conseguido una novia y esté distraído...
—O un novio... ¿Y si es un maleante? ¿Qué pasa si es un delincuente? ¿O si es alguien que no tiene ambiciones?
—Oye, amor —dijo Leo mientras se acercaba para tomarla por los hombros—. No saques conclusiones. Si te tranquiliza, yo hablaré con él.
—No, yo misma lo haré.
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Corazones de Cristal Ⓓ
FantasyEn el bosque prohibido, descubrir a un chico peligroso puede llevarte a un destino inesperado: enamorarte de él. 🍃🍃🍃 𝑪𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒄𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍 En el Reino Ters, el bosque es t...