Corazones de Cristal Ⓓ

Capítulo 14.

14 | LOS MINOTAUROS.

Besarme con Thomas me ponía las cosas complicadas. No voy a negar que quería repetir hasta saciarme y que cada vez que cruzaba miradas con él me ponía nervioso de solo recordar la forma en que me hizo sentir. Es no lo habría imaginado nunca o solo era yo él que intentaba negarlo porque, para ser sincero, él me atraía. Era guapo y era gentil, pero era algo que yo había jurado que no pasaría.

¿Cómo le iba a explicar a Luca lo que sucedió?

Estaba a mi lado y las manos me sudaban de solo pensar en que debía contárselo. Seguro que me diría que era un idiota por confiar en Thomas. Pero ¿cómo le explicaba que no podía sacármelo de la cabeza sin sonar desesperado?

—¿En qué estás pensando? —Me volteé para ver a Luca. Sus ojos reflejaban la luz de las antorchas. Pronto las apagarían pues el sol ya estaba saliendo—. No has dicho una palabra y eso me preocupa.

Dejé salir una risa para liberar la tensión.

—Es solo que he estado pensando mucho en casa. —Si las circunstancias fueran diferentes, ¿Thomas se habría fijado en mí? ¿O me estaba dando mucho protagonismo? Pudo haber sido algo simple para él y yo lo estaba maximizando—. He pensado en mis padres y me pregunto cómo estarán. Llevamos un mes y no veo avances.

—Yo tampoco los veo. —Dejó salir un suspiro y miró hacia el techo—. He recibido cartas de mi papá donde dice que espera que yo sea un buen remplazo y siento que no lo soy. Es que prácticamente no he aportado nada. ¿Piensas lo contrario?

—Obvio. Haz hecho mucho.

—¿Cómo qué?

—Emm, pues... por ejemplo...

—Ni te esfuerces —me interrumpió—. Sé que no he hecho mucho. La verdad es que no estoy de acuerdo con las cosas que se están haciendo. Si no fuera por el dinero, ya me hubiera largado, pero sabes que no puedo... pronto tendré una responsabilidad más.

—Lo sé, Luca. —Me acerqué para poder tocar su mano y que sintiera que no importaba lo que pasara, siempre estaría ahí—. Pero estoy seguro de que lo haces bien, que haces lo que puedes.

—Pero hacer lo que puedo, no es suficiente. Quiero marcharme.

—Recuerda por qué estás aquí. —Él apretó los labios y cerró los ojos—. Tienes a tu novia en casa y está esperando un hijo tuyo. No te puedes rendir. Solo será está aventura y, luego, cuando ya tengas tus ahorros, podrás dedicarte a lo que realmente quieres.

—Ya lo sé, solo que me temo que esta no será solo una aventura, especulan que puede formarse una guerra que durará años. —Dejó salir un suspiro como si ya se hubiera resignado—. No quiero que mi padre piense que no pude con esto y que si me dedico a otra cosa me voy a morir de hambre. Quiero que vea que puedo con una familia, pero siento que ser guardia es lo único que me dará estabilidad.