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13 años atrás

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13 años atrás.

" Ella se ve muy pequeña. " "Ella se ve muy grande. " las dos pensaron al mismo tiempo, ambas niñas estaban sumergidas en un sumo silencio, la timidez de Becky le impidió devolverle el saludo a la otra, mientras que Freen esperaba impaciente por ser respondida.

— ¿Eres muda? — dijo la mayor. Becky de pronto le dio la espalda y con rapidez se escondió detrás de un árbol, dejando más confundía a Freen, que no le agradó aquella acción. — que mala...— susurró antes de irse.

A lo lejos vio a su mariposa amarilla que sin esperar más volvería intentar atrapar pero antes de correr escucho un mini sollozo, que de inmediato capto más su atención. Camino hacía a quel árbol, cuidadosamente asomó su cabecita y vio a esa niña sentada, llorando en silencio.

— ¿Por qué lloras? — dijo acercándose a ella, pero Becky se negaba a responderle. — ¿Te duele algo? — aún sin respuesta.

La pequeña pelinegra no sabía como ganarse la confianza de la niña, mucho menos sabía que le sucedía, incluso pensó seriamente en irse, pero su buen corazoncito se lo impidió y decidió quedarse. Mientras tanto Becky limpió sus lágrimas que no se detenían, al alzar su mirada miró con confusión a Freen que hacía varias señas al alzar con sus brazos, algo que la hizo reír y eso fue una buena señal para la pelinegra.

— ¿Por qué...? — sus palabras quedaron al aire, supo lo que pasaba cuando vio la rodilla sangrar de la más pequeña. — Con que eso es...— de su bolsillo sacó una curita, se agachó para soplar un poco y así ponérsela con cuidado, sabía que aún le doliendo al ver como el llanto de Becky empeoraba. — Sana sana, colita de sana, si no sanas hoy, sanarás mañana. — con eso, fue más que suficiente para calmarla. — Mamá dice que las niñas bonitas no deben de llorar y tú eres muy bonita. — con su propia camisa, limpio las lágrimas restantes de las mejillas y los moquitos de la nariz de Becky.

— Me... me llamo Becky. — dijo sorbiendo constantemente su nariz.

— ¿No eras muda...?— La castaña negó inocentemente, sin saber el término. La mayor sonrió al saber que si fue escuchada después de todo. — Yo me llamo Sarocha Chamkinha, pero puedes decirme Freen.— se agachó dándole la espalda a Becky. — Sube, te llevare donde esta mi mochila, allí tengo una galleta que podría gustarte. — Sin decir nada sintió el peso de la pequeña subir, tenía una sonrisa tímida y en sus ojitos ya no había rastros de lágrimas. — ¿Te gustan mucho las galletas, Becky? —

— ¡Shi!— dijo, esta vez ella fue quien sonrió, ya sabía como comenzar a ganarse su confianza.

Dos días después.

— ¡Salocha! — gritó la más pequeña, había regresado al lugar de antes, Freen le había prometido llevarla a ver mariposas y traer consigo más galletas si es que volvían a verse. — ¡Salocha! —

La pelinegra soltó un suspiro un poco molesta al escuchar como Becky la llamaba, por más que le haya explicado como es su nombre correctamente, esta sigue llamándola de esa manera, pero simplemente decidió ignorarlo esa vez.

Blind Love | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora