Pov Freen.El reloj en la pared apenas marcaba las 11:00 a.m. Todavía era temprano, pero mi cuerpo se sentía exhausto. Me dejé caer en el sofá, cerrando los ojos, intentando que el cansancio se disolviera con algo de sueño. Sin embargo, un ruido suave me hizo abrirlos de nuevo. Allí estaba Becky, caminando hacia mí con pasos lentos. La observé de arriba abajo: llevaba solo un par de shorts y su sujetador, sus dedos nerviosos jugaban entre sí mientras mordía su labio inferior. No necesitaba palabras para saber que algo le inquietaba y supe que ambas lo sabíamos.
Suspiré profundamente y desordené mi cabello con una mano, tratando de ordenar mis pensamientos. Había creído que, una vez resueltos nuestros malentendidos, todo sería más sencillo. Pero ya tan pronto ha surgido un gran problema.
—Beck... —llamé su atención, pero ella se sobresaltó, desviando la mirada hacia un punto donde yo no estaba. Estiré la mano y tomé la suya, tirando suavemente para guiarla hacia mí. Becky dudó un momento, luego se sentó en el extremo opuesto del sofá, lo más lejos posible, aunque nuestras manos permanecieron entrelazadas. Aún recostada, solté las palabras que llevaba. — No tendremos sexo durante un mes —dije con una voz firme, su reacción fue inmediata.
—¿¡Por qué?! —su tono era una mezcla de sorpresa y enojo, sus ojos se abrieron como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.
—¡Beck, no puedes controlarte! ¡No sabes cuándo parar! —sentí la frustración en mi voz mientras me incorporaba un poco para enfrentarla— ¡Parezco un mapache! Y no hablemos de las marcas en mi cuerpo. Ni siquiera puedo salir sin preocuparme de que alguien las note. Además, no me has dejado descansar en los últimos tres días. Hasta que no puedas controlarte, no volveremos a hacerlo.
—¡Pero todas las veces has estado dispuesta! Si me dijeras que no, lo entendería, pero tú... simplemente sigues. También, tengo marcas. No soy la única que se deja llevar. — de pronto se tornó una discusión sobre quien es la que no tiene control en la situación Una risa se me escapó al ver como me culpaba por ser un tanto ruda con ella. —Freen... —dijo en un tono casi suplicante—. Un mes es demasiado.
Antes de que pudiera cruzar los brazos en un gesto defensivo, me incliné hacia ella y la atraje a mí, besándola suavemente en los labios. Sentí cómo su tensión se deshacía en ese momento.
—Entonces... lo haremos cuando nuestras marcas hayan desaparecido —dije con una sonrisa. — Solo serán unos días, lo prometo.
Becky asintió y sonrió aliviada. Nos quedamos abrazadas, en silencio, hasta que la vi quedarse dormida en mis brazos. Deslicé mis dedos por su cabello, acariciándolo con cuidado, y mi mente empezó a divagar, pensando en su cumpleaños que es en una semana. A veces me sentía culpable por no poder darle tanto como ella merecía. Si aquel Golden Retriever no hubiera aparecido, ¿qué le habría regalado? ¿Algo mejor, tal vez? Otra opción no estaba en mi mente.
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Blind Love | FreenBecky
RomanceFreen Sarocha es de una familia pobre, con padres abusivos y con un hermano pequeño que sufre de leucemia. En su trabajo la desprecian recibiendo un sueldo miserable. Prácticamente ha perdido todo lo bueno de su vida. Becky Armstrong es todo lo cont...