Freen Sarocha es de una familia pobre, con padres abusivos y con un hermano pequeño que sufre de leucemia. En su trabajo la desprecian recibiendo un sueldo miserable. Prácticamente ha perdido todo lo bueno de su vida.
Becky Armstrong es todo lo cont...
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Mire con asombró cada lugar que pasábamos, nunca había ido de viaje, es mi primera fuera de casa. El viaje duró casi tres horas, cuando llegamos vi la cabaña, se veía pequeña pero no dejaba de ser elegante.
— Aquí estarás bien, vendré tan pronto cuando todo se calme... tan solo no vuelvas a huir de esa manera, no podría soportar que te pasara algo malo. —
— lo siento... no lo volveré hacer, pero ¿Es necesario que ella esté aquí?— susurró lo último, pero logre escucharla.
— Ahora mismo no confío en nadie, además... Freen quiere estar contigo, asi que no seas tan dura con ella. — Los dos hablaban tan bajo que no podía escucharlos, pero me daba el presentimiento que era sobre mi. — Tengo que irme, pásenla bien.
El señor antes de irse me entregó una tarjeta de crédito, donde estaría el dinero que usaríamos. Al final me hizo señas deseandome suerte.
Cuando quedamos solas, Becky solo se mantuvo de pie, mientras que yo pensaba cual era el siguiente paso.
— ¿Podrías llevarme a la habitación? No estoy familiarizada con la casa.—
— ¡Sí! — iba a tomar su mano, pero ella la escondió.
— Tan solo no me toques.— eso me desánimo, tomé el borde de su mochila y la jale para que me siguiera. Al llegar al segundo piso me di cuenta que solo había una habitación, la cual Becky entró y se mantuvo en el marco de la puerta. — Tú duermes en el sofá.— dijo antes de cerrar la puerta en mi cara.
No tuve tiempo de responder, ¿ella realmente me mandó a dormir en el sofá?
— ¿Acaso ya sabía que había una sola habitación? — pero a decir verdad, los muebles se veían nuevos y realmente cómodos.
Durante el día investigue todo lo que la casa mantenía, y en pocos palabras me enamore de aquel lugar, realmente me encantaría vivir aqui en un futuro, estaba en medio de un campo, su hierva había crecido hasta llegar a mis rodillas, había un camino que supuse que siguiéndolo daba al pueblo.
— ¡Esto es genial! — al quitar una sabana, había una motocicleta Vesta, recordé que Anong y yo soñábamos con montarnos en una, sabía que su velocidad no era tanta pero si muy cómoda para los dos pasajeros. — Definitivamente iremos al pueblo contigo.— Sonreí para seguir mirando.
(....)
Al entrar a casa noté que todo el tiempo que estuve fuera, Becky no había bajado y pronto sería la hora de la cena, entonces me apresure a cocinar algo para ambas, después subí y toque suavemente su puerta.
— Beck... ¿podrías bajar a cenar? No haz comido nada desde que llegamos.— la única respuesta que recibí fue el silencio.
Debí suponer que sería difícil reconciliarnos, pero ¿como puedo avanzar cuando ella ni siquiera sale de la habitación?