El Favorito Del Señor Min [SOPE].

08

POV. Jung Hoseok.

— Pero...

Dudo.

Él ni siquiera me permite responderle, sin previo aviso me besa, sus finos labios succionan los míos y nuestras bocas comienzan a moverse con armonía, siento como aprieta mi nalga y me hace soltar un jadeo, no desaprovecha la oportunidad y mete su lengua en mi cavidad bucal, su lengua roza la mía y me motiva a seguirle un juego en el que él lleva la ventaja.

Quiero detenerlo pero, no puedo.

Subo mis manos y rodeo su cuello con mis brazos, ladeo mi cabeza y siento como sus fermonas me envuelven, es una sensación extrañamente familiar; la mano que tenía en mi nuca baja hasta mi nalga y ahora con ambas manos me sostiene de cada una, las aprieta a su antojo pero, lejos de molestarme me gusta.

«¡Reacciona Hoseok!»

— Señor... Pare... — mi voz sale en un pequeño murmullo.

Él ignora mis palabras y continúa besándome, me siento mareado, muy mareado.

Se separa un poco y su mirada pesada barre mi rostro, siento mis mejillas calientes, no... ¡Siento todo el jodido cuerpo caliente!

Sube su mano y con la yema de su dedo pulgar delinea mis labios y se detiene en el inferior, ejerce poca presión y yo de manera sumisa dejo caer mi mandíbula.

— Está bien, será a tu manera. — su voz es gruesa. — completa los seis meses de prueba. No interferiré en tu trabajo.

Su dedo se aleja de mi labio y ahora acaricia mi mejilla. Su tacto es áspero pero sigue siendo cálido.

— No despida a Lee Félix.

Empuja su mejilla con su lengua.

— Eso dependerá de tí. — su mirada felina se oscurecio.

— ¿De mí? — pregunto confundido.

Asiente levemente con su cabeza.

Intento preguntarle a qué se refiere, pero una vez más une nuestra bocas.

¡Con un demonio! ¡¿Por qué besa tan rico?! 

Sus labios devoran mi boca con agilidad y malicia, subo mis manos y mis dedos se deslizan por las hebras de su cabello negro, estoy mandando al carajo toda mi cordura y razonamiento, pero esto de mantener el control no me está funcionando; subo mis piernas y las enredo en su cintura, nuestros cuerpos se pegan y mi entrepierna roza con la suya creando una fuerte descarga. Él sonríe en medio del beso; siento su mano apretar mi nalga y la otra sube por mi pecho hasta llegar a mi cuello, el tiene el dominio total de la situación.

— Mmh~ — el escritorio es un poco incómodo.

El Alfa lo nota, quita su mano de mi cuello y como si no fuera gran cosa, me sujeta de los muslos y me carga, yo me aferro a su cuello, ¿Acaso no le peso? Camina hasta el sillón y me deja caer despacio.