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POV

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POV. Jung Hoseok.

Cuando Soobin me pidió ser su novio no dude en aceptar, era el Alfa perfecto, era hermoso, atento y muy caballeroso, en ocasiones imaginé una vida junto a él, recreaba escenarios en mi mente en los que vivíamos en una casa y teníamos hijos, es tonto, lo sé, pero me hacía sentir de esa manera, yo estaba enamorado y creí que él también de mí. Recuerdo vívidamente cuando lo encontré con esa chica, y como me miro, no había remordimiento o culpa. Yo... No significaba nada para él.

En momentos me sentí defectuoso, y llegué a culparme por su engaño. Me dije a mi mismo que no debía buscar a nadie, si estaba solo nadie podría dañarme.

Miedo. Esa era la palabra que me describía perfectamente, tenía miedo a salir herido, es un sentimiento que te consume hasta perder tu propia esencia y te obliga a crear una especie de escudo para protegerte, en mi caso, mi escudo fue la marca de aquel Alfa.

Atracción, deseo y necesidad.

La atracción que existe entre el señor Min y yo es por la marca, esa atracción nos hace sentirnos como imanes y nos lleva al deseo de probarnos y allí la necesidad de tenernos.

No se que debo esperar, no se quién es Min Yoongi, no se si lograremos sentir alguna conexión sentimental o si se aburrirá de esto antes. No sé en qué coño me estaba metiendo pero... Quería intentarlo.

(♣♣♣)

Después de aceptar, salí de la sala de presentaciones y fui hasta mi escritorio, sentía mis labios hinchados por la intensidad del beso que nos dimos, no quería llamar la atención de nadie, así que disimule mordiendo mis labios.

Ese día no ví al señor Min, el tenía asuntos que atender, me envió un mensaje y me dijo que un chófer me llevaría a casa, creí que estaba bromeando, pero no.

Cuando salí de la empresa había un hombre beta parado justo al lado de un auto bastante costoso, me hizo una reverencia y yo no sabía donde debía meter la cara. El hombre abrió la puerta del auto y yo arrastre a Jimin conmigo adentro.

A la mañana siguiente fue igual, el hombre me esperaba justo en frente del edificio.

Bueno, quizás no debería quejarme del todo, tengo que aceptar que no usar el autobús e ir sentando es bastante agradable.

La mañana transcurrío con tranquilidad, un poco antes de la hora del almuerzo mi teléfono vibró anunciando un nuevo mensaje.

Señor Min:
(Te veo en la entrada en 10 minutos, almorzaremos juntos.)

Frunci el entrecejo.

Enviado:
(Disculpe, pero tengo trabajo, no podré.)

Señor Min:
(¿No podrás o no quieres?)

El Favorito Del Señor Min [SOPE]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora