El Favorito Del Señor Min [SOPE].

Epílogo

Me miraba en el espejo una y otra vez,  quizás intentando entender como es que mi vientre había crecido tanto. 

— ¿Me dolerá mucho? — me pregunté a mi mismo.

Tenía 32 semanas de embarazo. A las tres semanas de iniciar el tratamiento de fertilidad, la prueba de embarazo me reveló las dos rayitas rojas, positivo, ¡Estaba esperando un hijo! O eso pensamos, en mi cita con la doctora Hirai, descubrimos que estaba embarazado de gemelos.

Dos.

Mi vientre se hizo más grande, y aumente mi peso considerablemente.

— ¿Asustado? — Jimin me habló desde la cama.

— Claro que lo estoy — cerré mis ojos con fuerza —. Estoy muy nervioso y mi lobo a estado más posesivo con mi espacio, en ocasiones he corrido a Yoongi de la habitación y en menos de diez minutos lo vuelvo a llamar llorando porque lo extraño demasiado.

¡Mierda! Ahora entiendo porque Jin se quejaba de las hormonas.

— Pobre Yoongi — se burló.

— Siento que nada me queda bien — me acerqué a la cama y me senté junto a mi amigo — antes no me importaba mi apariencia, pero ahora, me siento como un gran cerdito.

— No digas tonterías, tu barriguita es adorable.

— Con permiso — Yoongi entró a la habitación con Soojin en brazos — Jimin, Taehyung te está buscando.

Jimin se levantó y agarró a la pequeña Soojin — Yo me encargo de ella — dijo eso y salió de la habitación.

— Jin me dió a su pequeña, dice que tengo que acostumbrarme para lo que viene — me explica al ver mi cara interrogativa.

Le sonreí — ¿Estarás bien cambiado pañales?

— Puedo hacerlo.

— ¿Sabes? Cuando te dije que quería tener varios hijos, no me refería a tener dos de un solo momento.

Acercó su mano a mi enorme vientre y comenzó a emanar sus feromonas.

— ¿Cómo están? — pregunté ansioso.

— Los siento tranquilos, están bien, estás haciendo un excelente trabajo — beso mi mejilla con suavidad — eres un buen papá — me dice con un tono suave pero sin dejar de ser su voz ronca.

Acerqué mi mano a la suya, justo en ese momento sentimos el movimiento de nuestros bebés.

— ¡Ahg! — hice una mueca por el repentino movimiento —. Se emocionan con tu presencia.

— Falta muy poco para tenerlos en nuestros brazos.

Bajé mi cabeza, intentando ocultar mis ojos llorosos.

Sus labios caen sobre mi cuello, apenas rozandolos sobre mi piel —. Todo estará bien — promete Yoongi, dibujando pequeños círculos sobre mi ombligo.