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POV. Jung Hoseok.

Son las 3 de la madrugada, lo sabía porque ví el pequeño reloj de mesa que tengo en la mesita de noche. Mis ojos se dirigen nuevamente al Alfa sobre mi, sus gemidos ronco resuenan en mis oídos aumentando mi libido, los suspiros y jadeos de placer no han parado, perdi la cuenta de cuántas veces lo hemos hecho, ¿Tres? ¿Cinco? Es difícil saberlo, él salía y entraba en mí de manera lenta y tortuosa, le gusta hacerme rogar, lo disfruta y yo solo puedo ceder. Es una locura, jamás imaginé que sería tan bueno, ¡Diosa mía! Mi mano está entrelazada a sus dedos, su sudor recorre su cuerpo mezclándose con el mío y sus ojos, ¡Esos magníficos ojos que me tienen dominado por completo! No debería acostumbrarme, siento que no debo, pero... ¿Cómo?

Sus labios rozan mi cuello sin besarlos, mi piel se erizo cuando su húmeda lengua acaricio la marca.

— Hueles tan... exquisito — me susurra bajo.

Mis labios se curvean en una sonrisa para después abrirse y dejar salir un gemido agudo por la embestida tan fuerte que me dió.

Aún no me acostumbro a su tamaño. — Me partiras en dos si sigues haciendo eso. — le recalco, pero él solo ríe bajo y aumenta el ritmo moviendo sus caderas  como todo un maldito experto.

Da una estocada a mi punto dulce y yo chillo por el dolor placentero que me está haciendo enloquecer, arqueé los dedos de mis pies y me aferré a su cuello sintiendo como su semen caliente me llenaba hasta escurrirse de mí.

— Hoseok... — Exhala. — Me encantas.

Aquellas palabras fueron la cereza del pastel para que yo disfrutará de mi (cuarto o sexto) Orgasmo.

(♣♣♣)

Era la tarde del tercer día, con ayuda de los supresores y ... Yoongi, mis feromonas estaban estables, es decir, mi celo ya había acabado.


Mire mi cuerpo en el espejo del baño, mis ojos barrieron cada centímetro, tenía marcas en mi abdomen, mordidas en mis pezones y ... En los muslos también, gire un poco y logré ver marcas rojizas en mi espalda.

Los Alfas suelen ser bastante posesivos y agresivos en el sexo, y lo son aún más cuando están en celo.

Quizás sea por la marca, lo leí hace mucho tiempo, los Alfas despiertan su rut cuando sus Omegas entran en celo, nosotros no fuimos la excepción, Yoongi entro en celo después de entrar a mi departamento, eso explica porque quedé así de marcado.

Salí del baño y miré alrededor, fui hasta mi habitación pero, no había nadie; suspire con cansancio y me deslice con cuidado por debajo de las sábanas, tomando una posición cómoda para mí.

— ¿Estás dormido? — su voz me hizo bajar la sábana hasta mi pecho, lo mire y negué, aunque era obvio. — Te traje algo de comer, debes tener hambre, ¿No es así?

— Mucha. — le respondo.

El se acerca y rodea la cama hasta quedar al borde de la esquina, tenia una bandeja y sobre ella había dos vasos con jugo de manzana y unos sandwiches cortados a la mitad.

— No había mucho en tu cocina así que...

Uff, cierto. Jimin y yo debíamos hacer mercado.

— Está bien, pero ¿Tú estarás bien comiendo algo tan simple?

— ¿Me crees de la realeza? — bromea.

Tomo uno de los sandwiches y se lo muestro. — Si no sabes tostar un simple pan, si, si lo creo.

— No acostumbro cocinar.

— Eso es obvio. — rio después de dar un mordisco. — tendré que enseñarte a cocinar o si no, esto no funcionará.

Detengo los movimientos de mi mandíbula en cuanto capto lo que acabo de decir.

— Lo esperaré con ansias.

Mi corazón late con fuerza, mi lobo se emociona mucho y yo siento mi respiración un poquito agitada.

Comimos en silencio, nuestras miradas se encontraban como si intentaran buscar la oportunidad de decir algo.

El sonido de su celular rompió el silencio, él atendió a la llamada.

— ¿Si?... — permaneció unos segundos en silencio antes de seguir hablando — comunícate con Taemi y deja las carpetas en mi oficina... Me encargaré de eso. Adiós.

Su ceño está fruncido, parace que la conversación lo hizo cambiar su estado de ánimo.

Creo que tiene trabajo, ¿Eso significa que se irá hoy? Nuestro celo acabo, pero... no tiene que irse aún, no tiene que hacerlo hoy. ¿Debería preguntarle?

— ¿Hoseok? — su voz me saca de mis pensamientos — ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?

«¿Si le digo que "si" se quedará conmigo?»

Niego con la cabeza. — Si, si, es solo que... — mis palabras no salen, ¿Por qué? Suspiro, luchando contra el repentino impulso de exigirle que se quede a mi lado.

Mi siguiente pensamiento es interrumpido por sus palabras.

— Solo dime lo que quieres, y lo haré.

Su mano acarició mi oreja, y yo apoye mi mejilla en su mano.

— ¿Quieres que me quedé?

«¿Acaso estás leyendo mi mente?» Asentí.

No sé por qué, pero siento la necesidad de besarlo, quiero hacerlo, mis pensamientos se debaten por tener una respuesta al mismo tiempo que mi cuerpo se mueve hasta pegar mis labios a los suyos. Él abre levemente su boca y profundiza el casto beso.

— No sé cómo lo haces pero, siempre logras seducirme.

De repente me siento muy vulnerable bajo su mirada felina. No puedo encontrar nada más que decir; así que decidí huir y subir la sábana hasta cubrirme por completo, dándole la espalda al intimidante Alfa.

Lo escucho caminar, unos minutos después siento su aroma en la habitación, se acuesta a mi lado manteniendo una distancia entre nuestros cuerpos.

Exhaló con frustración que se transforma rápidamente en irritación.

¡Lo está haciendo a propósito!

No sé exactamente de dónde viene este impulso, pero me giro y corto la distancia, él arquea una ceja y me mira con una sonrisa burlona que cambia a una triunfante.

Dejo reposar mi cabeza en su pecho y comienzo a dibujar círculos imaginarios sobre el.

— ¿Mejor? — su pregunta se pierde en cuanto sus manos comienzan a hacerme caricias en mi espalda.

— Gracias...

— ¿Por qué?

— Por los almuerzos, por el chófer, por estar aquí... Por quedarte.

Sus feromonas me cubren.

— Gracias a tí... — su voz suena como un ronroneó.

— ¿Por qué?

Por elegirme.




El Favorito Del Señor Min [SOPE]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora