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— ¿Jimin? ¿Me estás escuchando? — le pregunté al no obtener respuestas

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— ¿Jimin? ¿Me estás escuchando? — le pregunté al no obtener respuestas.

— Si.

Fue lo único que me dijo.

Por un momento me preocupe en contarle a Jimin todo lo que me estaba ocurriendo, aún así, no me eché hacia atrás, Jimin es mi mejor amigo y justo ahora necesito desahogarme con alguien, necesito que alguien esté de mi lado y no me deje ceder a mis inseguridades. ¿Qué mejor persona que él?

Por eso le dije todo, absolutamente todo.

— Estoy procesando toda la información — dijo mirando hacia la taza con chocolate caliente — es ... ¡Luna mía! ¿Es en serio todo lo que me estás diciendo? — me cuestiono.

Asentí y suspiré.

— Eso fue lo que me dijo esa mujer, no, más bien me lo aseguró — frunci mi ceño — desde la primera vez que la conocí me ha estado insinuando cosas desagradables.

— ¿Y tú qué piensas? — me entregó una rebanada de torta de chocolate y almendras — ¿Creés que te esté mintiendo?

— No lo sé, es que es demasiado absurdo; es su madrastra, ¿Realmente tuvieron sexo? Y si fue así... — negué con la cabeza — no, no, ni siquiera puedo pensarlo.

— Hobi, ¿Has pensado en preguntarle a tu Alfa?

Enarqué una ceja.

— Claro Hobi, piénsalo, si esa mujer solo te dijo eso para iniciar una desconfianza en su relación, lo más sano sería que hablaras con el señor Min y le dijeras todo — me aconsejó —. Escucha, yo en tu lugar lo haría, no puedes encerrarte en tus inseguridades — tomó mis manos y las acunó con las suyas —. Confía un poco más en tí y pregúntale.

Sentí un gran alivio con las palabras de Minnie, no me equivoqué, hablar con él me hace sentir tranquilo.

Llevé un bocado de torta a mi boca y disfruté del sabor amargo y dulce del chocolate.

Luego de tener nuestra conversación en una cafetería que Jimin descubrió; nos dirigimos a nuestro departamento.

Ambos necesitamos algunas cosas, y es que Jimin, al igual que yo, no había ido al departamento en más de dos semanas.

Cuando llegamos al edificio pudimos notar que muchos de nuestros vecinos habían vuelto. Jimin y yo cruzamos miradas incrédulos, ¿Acaso las reparaciones habían terminado?

La respuesta a nuestra pregunta no se hizo esperar cuando la señora Yun nos hizo un comentario que nos dejó boquiabiertos.

— Las reparaciones no tardaron demasiado, en menos de las dos semanas nos habían dicho que podíamos volver. ¿No es eso maravilloso? El trabajo quedó muy bien hecho, la humedad desapareció por completo.

— ¿Ah si? — indagó Jimin — ¿Hace cuánto exactamente?

— Hace un poco más de una semana, yo creí que ustedes estaban enterados — dijo la señora Yun —. Ya qué no logramos contactar con ustedes le dimos el mensaje al hombre Beta, el que siempre usa un traje oscuro.

El Favorito Del Señor Min [SOPE]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora