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POV. Min Yoongi.

— Bienvenido a casa joven Min.

Me adentre en lo que hace muchos años llamaba "Hogar", han pasado un poco más de dos años desde que estoy aquí, la última vez fue cuando le dije a mi padre que había marcado a un Omega y que no me caseria con la hija de los Choi, desde entonces no volví aquí.

Pero ahora era necesario.

— ¿Mi padre está en casa? — pregunté sin apartar la vista del enorme cuadro que había sido puesto en la estancia principal, mismo lugar en el que estaba el retrato de mi difunta madre y que ahora era reemplazado por el de mi madrastra junto a mi padre y medio hermano.

Una linda familia feliz.

Embocé una sonrisa de burla.

— No joven, el señor Min no se encuentra en casa.

— ¿Y mi hermano?

— El joven Woozi salió hace unas horas.

Eso quiere decir que solo ella está aquí.

— Yoongi, — la voz de la fémina acercándose a mí me hizo girar. — ¡Querido! ¡Cuánto tiempo! — exclamaba emocionada.

— Mi presencia en esta casa no era necesaria, por ello no encontraba razones para venir. — respondí con notable fastidio.

— ¡Oh, querido! Sigues siendo tan frío y directo como siempre.

Siento el aroma de sus feromonas, está intentando Impregnarlas en mí.

— ¿Deseas que tengamos una conversación antes de la cena? — me propone. — Woozi me comentó que conoció a tu Omega, también dijo que era realmente lindo. Eso me entristece mucho, ¿Sabes?

— ¿Por qué entristecería a mi madrastra?

— Porque como tu madre quisiera conocerlo también.

La seguí hasta la sala de descanso de las visitas.

La Omega se sienta en un sillón frente a mí, sus manos se deslizan por su falda y la recoje un poco hasta dejarla sobre su rodilla.

Ladeó su cabeza y me miró fijamente. — ¿Tu Omega es tan lindo como Woozi asegura?

— ¿Por qué estás tan interesada en saberlo? — Indague con un tono gélido.

Ella sonrió. — Solo curiosidad.

Con un movimiento de su mano subió aún más su falda, deslizó su pierna dejándolas levemente abiertas, lo suficiente como para que yo viera que no tenía ropa interior.

— El señor Choi también lo dijo. — continúo hablando. — dijo que tú alardeaste de la belleza de tu Omega.

Sus ojos cafés se posaron en mi entrepiernas, ansiosa por saber si su clítoris expuesto tenía alguna reacción en mí.

Una de mis cejas se enarcó.

— Parece que hablas mucho con Choi, considerando que su esposa no te agrada, ¿O eso cambió?

— Choi es un muy buen amigo, y era un sueño que su hija pudiera ser desposada por uno de los míos.

— Woozi aún es soltero. — hable con malicia. — Tu sueño sigue siendo posible.

— Eres igual que tu padre. — abre aún más las piernas, pero mi vista se mantiene en sus ojos. — Eso es algo que siempre pensé.

— Tus pensamientos sobre mí siguen siendo iguales que en el pasado.

El Favorito Del Señor Min [SOPE]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora