El Favorito Del Señor Min [SOPE].

41

Miraba el techo de mi habitación mientras arqueaba los dedos de mis pies, la noche era fría y yo me sentía demasiado ansioso. Mis pensamientos eran un torbellino que volvía a mi cabeza un caos hasta hacerme sentir un fuerte dolor.

¿Debería llamarlo?

Esa pregunta se repitió una infinidad de veces en mi mente.

No lograba conciliar el sueño, eso era aún peor porque mi mente solo me enseñaba escenarios en los que Yoongi me pedía romper la marca.

Resignado a no poder dormir, me levanté de la cama y salí hacia la cocina. Un poco de yogurt me ayudaría mucho en este momento.

Jimin no estaba en el departamento, el señor Kim lo invito a comer y por la hora que da el reloj de la sala, puedo asumir que no vendrá esta noche.

Es infantil decir que estaba buscando las respuestas a mis preguntas en el fondo de un pote de yogurt, pero así era. Terminé de saciar mi estómago con yogurt y me dirigía a mi habitación pero el timbre de la puerta me hizo detener mi paso.

«¿Eh? ¿Quien podría ser a estas horas?»

‹¡Es él!›

El grito de mi lobo me hizo paralizarme. ¿Yo... Acabo de escucharlo? ¡¡Mi lobo me habló!!

«¿Hola?»

‹¡Es él, es nuestro Alfa!›

Es cierto, pude sentir su aroma.

Mi cuerpo reaccionó solo para moverse hacia la puerta.

Llené mis pulmones de aire para tomar el valor de abrir la puerta.

Mis pensamientos trabajan a mil por segundo y solo puedo imaginar lo peor.

— ¿Me tendrás aquí afuera toda la noche?

Su voz ronca me hace despabilarme.

«Tengo miedo de lo que vayas a decirme»

Gire la perilla de la puerta, mis ojos se enfocaron en el hombre frente a mí, sus ojos gatunos me miraban como si pudiera adivinar mis pensamientos, me hace sentir expuesto y vulnerable.

Quiero preguntarle.

Pero... Tengo miedo.

— ¿Que tipo de flores te gustan?

Lo miré confundido.

— ¿Que tipo de dulces te gustan? — continúo preguntando.

— ¿Viniste hasta aquí solo para preguntarme eso?

— Vine porque no respondes mis llamadas ni mensajes. Hablemos.

— Recuerdo que la última vez eso no salió bien. — respondo fingiendo que no quiero abalanzarme a él.

Sus pasos hacia mí me hacían retroceder hasta quedar de espaldas a la pared.

— ¿Por qué no puedo percibir tu aroma?

— Tomé supresores para controlar mis feromonas.

Su dedo acaricio mis pómulos. — ¿Lloraste?

— Tengo alergia. — mentí. Sentí su aliento cerca y pude notar un ligero aroma a alcohol. — ¿Bebiste?

— Solo un poco.

— ¿Con ella?

— Era parte de una cena de negocios.

Rodeé mis ojos.

— ¿Estar encerrado en tu oficina con ella también es parte del negocio? — Inquirí con una ceja arqueada.