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POV

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POV. Park Jimin.

Mi vista está fija en la carretera.

— ¡Ahg! — gruñó Taehyung.

Estaba entrando en celo.

Sus feromonas se hacían cada vez más fuertes, afortunadamente tomé algunos supresores para asistir a esa fiesta.

— Por favor Tae, aguanta un poco. — le pedí.

Su celo se adelantó a su fecha, y eso fue un gran problema considerando el lugar en el que estábamos. Para mí suerte Jin y su esposo (Mi cuñado) me ayudaron a meterlo al auto y no hubieron incidentes.

Llegamos a su casa; rápidamente abrí la puerta y con ayuda de Jhon, uno de sus empleados, lo subimos a su habitación.

— Bien, ya estas en casa — le dije al mismo tiempo que retiraba sus zapatos — dime qué es lo que tengo que hacer para ayudarte.

No sé cómo es un Alfa en celo, nunca he estado con ninguno. Y el poco conocimiento que tengo es que son... Agresivos.

— No te obligues — su voz fue un gruñido — solo dame los supresores y ve a otra habitación.

— ¡¿Qué?! ¿Quien te dijo que me estoy obligando? — arrugue mi entrecejo — tú me lo pediste y yo acepté. Quiero estar contigo en tu celo.

Sentí sus grandes manos jalar mi brazo y haciéndome caer sobre su pecho, con un movimiento rápido cambio nuestra posición dejándome debajo de él.

— No te arrepientas —me advirtió.

— Nunca — le aseguré.

Sentí como la tela de camisa fue rasgada por sus manos.

— Tae, ¡No! Yo pued-

Quise quejarme, pero sus labios me lo impidieron.

Mientras me besaba sus manos me arrebatan el resto de la tela que quedaba cubriendo mi pecho. Se separó de mí solo para terminar de desnudarme. La escasa luz de la habitación me permitía ver sus movimientos, escuché el sonido de su hebilla y ví que se estaba desnudando.

Las feromonas de Taehyung eran tan magnéticas, tan poderosas que era casi imposible no perder la cordura. Me sentía envuelto en su aroma, mis emociones se acumulaban a medida que su lengua recorría mis muslos.

— Tae~

Mi gemido fue cortado, el Alfa subió a mí pecho y comenzó a besar y mordisquear mis pezones.

— ¡Ahg! — Gemí alto.

Él se levantó y me hizo seguirlo.

— De rodillas.

Mis sentidos obedecieron a su orden, casi por inercia abrí mi boca seguro de lo que venía. Escuché el sonido de su garganta como una pequeña risita; su mano acarició mi cabello con delicadeza.

Abre la boca.

Su voz de mando creo un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, y sin hacerlo esperar obedecí. Mi boca fue llenada por  su gran miembro endurecido, los movimientos eran agresivos y certeros, podía sentir como su glande cepillaba mi garganta con impetú.

Las arcadas emitidas por mi boca resonaban en la habitación.

— ¡Mmh! ¡Mmh!

Aceleró los movimientos de sus caderas al mismo tiempo que empuñaba sus manos con los mechones de mi cabello; follaba mi boca con rudeza.

Mis manos se aferraron a sus muslos para mantener un poco de equilibrio en mi cuerpo. Sentí mi miembro palpitar necesitado de atención y mi entrada humedecerse por la descarga de excitación.

— Algodoncito... — su llamado hizo que elevará mi vista encontrándome con sus ojos dorados — Tragala toda.

Saco su falo de mi boca y comenzó a masturbarse, mi cerebro se calentó por completo y abrí mi boca gustoso de recibir la esencia de mi Alfa. Con un gruñido de sus labios sentí la humedad de su líquido en mi lengua y de forma obediente trague todo de él.

— Eso es — acarició mis labios con la punta de su dedo pulgar, limpiando los restos de su semen —, buen chico.

Mi lobo sacudió su cola con emoción.

Volvimos a la cama.

Sus embestidas me hacían moverme sobre la cama como un muñeco de trapo manipulado por sus movimientos.

Mis gritos resonaban en cada rincón, el aroma del Alfa me hacía sentir extasiado de placer y lujuria.

— ¡Mmh~ m-más! ¡Más rápido! — le pedí.

Taehyung subió mis piernas a sus hombros y se enterró en mí tocando mi punto dulce y haciéndome chillar de placer.

— ¡¡Si!! ¡Ahg! ¡Que rico! ¡Así, justo ahí!

El sonido de nuestras pieles chocando creaba un eco mezclado con mis jadeos y gemidos. 

Mi mente estaba inundada con el placer que sentía... Comencé a cuestionarme ¿Quien de los dos era él que estaba en celo realmente?

Mi entrada ardía por la intromisión del gran falo. Dolía, por supuesto que dolía, pero el placer era más fuerte.

Sus finos labios recorrieron mi cuello dejandolo lleno de marcas rojizas, mis uñas quedaron marcadas en la piel castaña de su espalda.

Éramos dos bestias sedientas por el otro.

El sonido del chasquido de mis fluidos me hacían sentir muy vulgar y jodidamente sexy.

— Quiero que grites, quiero escuchar lo mucho que te gusta ser cogido por mí.

Sus palabras fueron rudaz y llenas de autoridad.

Mi lobo se estremeció por la orden; y sin más comencé a dejar salir mis gemidos necesitados.

Una de sus manos subió a mí cuello y lo presiono sin demasiada fuerza y así supe que este sería solo el inicio del celo de mi Alfa.


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3/4 💛😌

El Favorito Del Señor Min [SOPE]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora