Era de mañana y me econtraba disfrutando mi comoda cama mientras dormia muy agusto, todo en ese momento era perfecto, las sabanas tibias, la almohada esponjada, las luces apagadas y mi peluche de pato justo a mi lado.
Estaba muy feliz en ese ambiente pero claro, no todo lo que nos gusta dura mucho. El sonido irritante de mi alarma comenzó a sonar indicandome que ya era hora de empezar el día.
Me levanté a rabietas mientras bostezaba y me dirigia a mi baño personal. Me lave la cara y me cepille los dientes, a decir verdad aún me encontraba algo somnoliento y eso se pudo evidenciar cuando se me cayó el cepillo de las manos mientras me lavaba.
Después de asearme salí de mi habitación para encontrar a mi hermano haciendo el desayuno algo apresurado.
-O-Oye Luci en la mesa te serví tu comida y en la alacena esta tus medicamentos junto con tus panqueques, me levanté tarde así que ya me tengo que ir pero te cuidas, bien?
-Oh.. claro Gabriel
-Bien no te olvides tus orejeras y tu té.-
Gabriel me dijo eso y se despidió de mi con un abrazo mientras se hiba de la casa con prisa, al parecer tendria que desayunar solo esta vez .Aunque no del todo solo, tenía a Señor Patitón conmigo para hacerme compañia al menos.
Luego de tomar mi desayuno volví a cepillarme los dientes y me puse mi uniforme muy bien planchado, como me gustaba.
Tomé mis cosas y me puse mis orejeras para salir de la casa y dirigirme a el hospital. Me encontraba algo nervioso mientras caminaba por las calles, la idea de entrar a un entorno desconocido me daba malas sensaciones.
Pero si o si no podía faltar, es un hospital de el sueño que paga muy bien, para nada puedo perder esa gran oportunidad. Tomé el clásico bus en la parada de siempre y al rededor de 18 minutos en el transporte, termine quedando cara a cara con las puertas del gran y majestuoso lugar. El hospital.
Cuando vi las puertas de la entrada justo en frente de mi me quede estático, mis piernas me temblaban y comenzé a sudar frio.
Muchas personas pasaban por mi lado mientras me hechaban miradas juzgadoras, ya había acostumbrado a ellas pero en este caso me hicieron sentir un poco mal.
Me dió algo de verguenza tener un ataque de nervios en frente de todos así que respire profundamente para tratar de calmarme y a la vez entre a el lugar .Ingrese mientras me quitaba las orejeras y me tope con un portero que al parecer estaba revisando las identificaciones de todos los que pasaban. Estuve observando cada uno de sus movimientos hasta que me hecho una mirada repentina y se acerco a mi.
-Oye muchacho tienes permiso de entrar aquí?..dijo el portero
-Eh.....y-yo.- Todo lo que quería en ese momento era decirle que yo era nuevo y trabajaba ahí, pero no podia, las palabras no salían de mi boca por más que me esforzaba.
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Doctor Milagro | Radiopple
RomanceCuando eres alguien que sufre de autismo los problemas en tu vida de vuelven más grandes debido a tu condición, te generan problemas para que la gente te crea capaz, para socializar, para tener amigos, conseguir trabajo y claro .. encontrar el amo...