Capítulo 6

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/Sanji/

Primero le tenía "envidia" y ahora era su entrenador personal. Pues cuando Zoro le explicó a Sanji lo que debía hacer en su casa para ejercitarse, el peli amarillo dijo que no tenía los implementos ni el espacio para hacerlo, aunque era cierto pues allá en su casa todo era de color de rosa y no se permitía esas cosas adentro, así que hacerlo en su casa era descartado. Sanji pensó en la casa del playboy, pero no sabía si él aceptaría o si la familia de él lo dejaría, aunque con pensamientos e ideas no iba a llegar a nada.

-Play... eh Zoro- debía pensar antes de hablar. No podía darse el lujo de decirle playboy al playboy de Zoro.

-¿Sí?

-Cómo no se puede en mi casa, pensaba si en la tuya se podía. Claro si quieres, si se puede y si no hay inconvenientes.

El playboy quedó pensativo, Sanji sabía que era algo apresurado. Pero era cierto que debía darle un cariño a sus músculos, pues en unos pocos días sería su primer partido y no podían perder así tan fácilmente. Pues en el equipo ya habían hablado que debían dar lo mejor para así ganar, así que Sanji iba a dar lo mejor de sí para que ganaran.

Pero volviendo al playboy, con su expresión se podía notar que no le gustaba para nada la idea, así que Sanji también pensando si era buena idea, prefirió decirle que no era necesario hacerlo y que él por sí solo buscaría el lugar para hacerlo.

-Zoro...

-Sanji...

Hablaron los dos al tiempo, donde quedaron en silencio y mirándose directo a esos ojos grises y a esos ojos azules.

-Hablaste primero, empieza tú- rompe Zoro el silencio.

-Sí... eh bueno quizás no sea buena idea hacerlo en tu casa, no quiero incomodar o algo. Así que buscaré un lugar para ejercitar, no hay problema con eso- termina Sanji con una sonrisa incomoda.

-De eso quería hablarte, por mí está bien que lo hagas en mi casa. Y pues... así los dos nos acompañamos- termina Zoro moviendo la cabeza desviando la mirada de Sanji.

Se podía notar su nerviosismo, aunque no entendía por qué lo estaba, será que hay alguien en su casa y por eso no quería que fuera, quizás no era buena idea ir allá.

-¿Estás seguro?- pregunta Sanji sentándose en la banca de los espectadores.

Pues ya había pasado el entrenamiento y luego decidieron hablar sobre el ejercicio para Sanji, aunque ya era tarde se sentía como si fuera el medio día, ninguno le prestaba atención a la hora ni al tiempo, solo se centraban en el tema que estaban tratando.

-No hay por qué preocuparse por eso. Mañana ya hay que ensayar para el trabajo, así ¿qué te parece si después de entrenar vamos a mi casa y ensayamos, y luego te asesoro para que te ejercites?

Sería muy cansado. Hacer tantas cosas en poco tiempo era difícil, pero de igual manera debía hacerlo si quería que el trabajo y el partido tuvieran buenos resultados, así que mirando todas las oportunidades que pudiera tener ésta era la más favorable.

-Me parece bien. Así que ¿mañana empezamos?- sonríe Sanji mirando al playboy.

-Sí.


/Zoro/

El pensamiento de "no quiero hablar con nadie, no quiero enlazarme con alguien, he vivido solo toda mi vida así que de igual manera seguiré viviendo solo hasta que me muera" se fue a la basura cuando en este momento estaba caminando hacia su casa con cierto peli amarillo a su costado.

La verdad es que no supo por qué aceptó hacer todas esas cosas con Sanji. Pero suponía que era inevitable no hablar así sea por cinco minutos con él. Primero, estaban haciendo un trabajo que duraba todo el año. Segundo, estaban en un equipo de baloncesto donde todos los días entrenaban y además debía haber una buena convivencia para poder desarrollar una adecuada comunicación a la hora de jugar. Así que era inapelable hablar con él.

Nuestro mayor reto (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora