Capítulo 21: Final

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/Zoro/

Si fuera por el peli verde le regalaría el mundo entero a su pequeño lirio, pero aunque lo hiciera eso no sería suficiente. Así que por ahora podía regalarle las llaves de su nuevo restaurante junto con su traje de chef mayor, para Zoro era pequeña cosa, pero sabía que para Sanji no lo era.

Así que con regalo en mano Zoro se dirigió al cuarto donde Sanji aún se encontraba dormido, el peli verde haciendo el menor ruido se sentó a la orilla de la cama y queriendo despertarlo de la mejor manera bajó su mirada a su sexy trasero, esa era buena forma de despertarlo.

-Pequeño lirio despierta- habló Zoro masajeando ese redondo y lindo trasero del contrario.

Eran suaves aun cuando una cobija los cubría. El peli verde viendo que Sanji no despertaba apretó un tanto fuerte sus nalgas y cuando lo hizo Sanji soltó un quejido y de una vez se sentó con el rostro sonrojado y con mirada asesina siendo dirigida al peli verde.

-Feliz cumpleaños mi amor- dijo Zoro extendiendo su regalo.

-¿Esa es tu forma de despertarme?- preguntó molesto Sanji mientras agarraba el regalo.

-No, pero lo hice porque sabía que te despertarías de una vez, pero esa será la última vez lo prometo- contestó Zoro con una sonrisa.

Sanji más relajado y viendo sonriente al peli verde, abrió la bolsa y viendo lo que tenía adentro una gran sonrisa se dibujó en su rostro. El peli verde le sonrió y le masajeó la mejilla, cuando lo hizo Sanji subió la mirada y al encontrarse, el peli amarillo se abalanzó hacia Zoro haciendo que éste por el repentino peso cayera y golpeara con el suelo.

-¿Sanji te golpeaste?- preguntó Zoro mientras veía como Sanji se refregaba en su pecho.

-Eres idiota te preocupas por mí cuando caí encima tuyo, yo soy el que debo preguntar si estás bien- respondió Sanji levantando la cabeza.

-Yo estoy bien pero...

Otra vez fue interrumpido por Sanji dándole un beso. No sabía si era porque lo amaba, pero esos besos eran una maldita cura al alma.

Zoro moviéndose un poco posiciona sus manos en la espalda baja del contrario, mientras que sus lenguas jugaban entre sí. Un beso donde se podían decir de todo, para la mente de Zoro estos momentos de felicidad donde a cualquier momento podía besar esos labios, era lo que siempre había soñado.

-Sanji- habló Zoro separándose del beso por falta de aire. -¿Quieres pasar el día conmigo?

-Siempre lo paso contigo, pero en unas cuantas horas las tendremos que pasar con algunas personas no deseadas- contestó Sanji rodando los ojos.

-¿Con quién?- preguntó Zoro levantándose y alzando a Sanji lo sentó en la cama.

-No te lo había dicho pero yo pude volver porque voy a deshacer unas hojas que dicen mi nombre donde debo acatar todas las leyes de los Vinsmoke, así que con ayuda de mi hermana lo pude hacer y hoy, pero en realidad iba hacer en un mes. Tengo la junta con el juez y Judge para decir eso y para emitir una orden de alejamiento donde ninguno pueda acercarse a nosotros, emitiendo a mi hermana- respondió Sanji levantándose y con una sonrisa volvió a mirar su regalo.

Con toda la plata que Zoro tenía podía contratar a unas personas y mandaría a la otra vida a esos malditos. Porque el odio que sentía el peli verde por ellos no era algo pequeño, y más por ese Judge quien fue el principal culpable de su separación.

Pero no porque Sanji fuera a decir algo por su muerte, sino que no se sentiría a gusto en gastar su dinero en unos bastardos como ellos, así que solo podía estar con Sanji y cuidarlo hasta con su vida. Porque ahora nadie tocará a su pequeño lirio.

Nuestro mayor reto (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora