Lirios
Miro la puerta, y pienso en lo vacía y helada que tendrá que estar la habitación que hay tras ella. No puedo dejar de observar el candado que hay para que no se pueda acceder a ella, a menos que tengas la llave.
La habitación de Mathy.
Tengo que admitir que a veces he querido hacerlo, pero el querer no es igual al ser capaz de llevarlo a cabo. Ni mi hermano ni yo la hemos abierto en estos dos largos años.
En su día decidí ponerle un candado para que nadie entrase, quería que todo se quedase como él lo dejó la última vez que estuvo aquí. Y además, si permanecía abierta probablemente habría entrado alguna vez, vería todos los recuerdos que dejó durante los veinte años que estuvo aquí, y acto seguido, me derrumbaría.
Y entonces decidí enterrar la llave del candado en aquel campo de lirios que tanto le gustaba.
Cuando entraba a su habitación y veía sus cosas, me daba cuenta de todo lo que había perdido, y no podía soportarlo.
Tiendo a huir de todo aquello que me atormenta, en lugar de enfrentarlo y superarlo.
Suspiro, tengo un nudo muy amargo en la garganta, uno muy difícil de desenredar y endulzar.
Entonces me doy media vuelta, bajo las escaleras con rapidez, y una vez en el salón, me siento suavemente en el sofá.
De repente, mi móvil comienza a vibrar, lo cual me resultaba extraño, ya que nadie me suele escribir y menos a estas horas de la mañana.
Esta noche no he dormido muy bien, y por más que intentaba conciliar el sueño no podía, por eso es que me he despertado más temprano.
Cojo el móvil rápidamente, sus vibraciones me están volviendo loca.
Lo desbloqueo, y una vez ha en la pantalla inicial, deslizo hacia abajo y veo un montón de notificaciones que, sinceramente, no me esperaba.
Te han añadido a un grupo: "Aksel, vamos a por ti".
Al ver esto, me meto rápidamente en WhatChat, y, sí, Nik y Zack no se han olvidado del tema, eso es que realmente quieren ayudarme, si no les importara, ni se habrían acordado del tema.
No me lo pienso dos veces y añado a los dos chicos a mis contactos, y una vez hecho todo esto, comienzo a ver los mensajes que han dejado en el nuevo grupo.
Zack (Mascota): Ey.
Nik: Buenos días por la mañana, Allen!
No puedo evitar fijarme en lo contrarios que son Nik y Zack, uno es muy simpático y abierto, mientras que otro es más tímido y cerrado, haciendo que reflexione sobre lo diferentes que pueden ser dos amigos, pero lo bien que se pueden llevar al mismo tiempo.
Helen (Yo): Buenos días, chicos.
Inesperadamente, recibo respuesta enseguida.
Nik: Qué tal, ¿has dormido bien?
Helen (Yo): Sí, ¿y tú?
Miento, prefiero no preocupar a nadie con mis problemas.
Nik: Cómo un bebé. Cambiando de tema, ¿puedes abrirnos la puerta?
Me quedo mirando el mensaje confusa, ¿cómo que abrirles la puerta? ¿Acaso están afuera de mi casa? No puede ser, hace nada que me acabo de despertar, tengo unas pintas horrorosas, parezco sacada de una película de terror.
Helen (Yo): ¿Estáis a fuera?
Nik: Sip :D
Joder, esto no puede estar pasando, no puedo dejar que me vean así, tengo el pelo muy despeinado, tengo cara de muerta y por si fuera poco tengo puesto el pijama, que vergüenza.
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No muy lejos de las vías
RomanceHelen ha vivido siempre cerca de las vías, por lo tanto, sabe de primera mano que la tristeza y la alegría viajan juntas en el mismo vagón, sin importar las diferencias que haya entre ellas. Desde la muerte de su hermano menor, la vida de Helen se d...