Tú, yo, y una vuelta al mundo
Nunca antes lo había mencionado, pero tengo unos ahorros guardados, para dar una vuelta al mundo. Nik no lo sabe, pero cuando éramos adolescentes y acordamos dicho viaje, comencé a ahorrar y ahorrar, hasta la fecha. Cuando Nik se mudó a Oslo, perdí la esperanza y dejé de ahorrar, pero lo retomé hace poco.
Creía que ese sueño estaba roto, pero cuando apareció de nuevo en mi vida, supe que él nunca había dejado de pensar en mí, ni yo en él.
No me malinterpretéis, Nik es como un hermano para mí.
Volviendo a la realidad, abro un poco la puerta, para asegurarme de que Ethan se encuentra "bien", o mejor dicho, vivo, porque tanto alcohol no es bueno para él, y si le digo que eso no está bien, se pondría agresivo conmigo, esa es una de las razones por las que creo que he perdido las riendas de mi vida, el descarrilamiento de mi hermano mayor.
Está bien, dentro de lo que cabe, así que me dirijo hacia mi habitación, pero para ir hacia ella, tengo que pasar por la de Mathy, la cual ya no tiene el candado y se puede entrar perfectamente, pero no puedo hacerlo, no sola, al menos.
Paso rápido, y entro a la mía, acto seguido, me tumbo en mi cama. Hoy es sábado, tengo todo el día libre.
Miro por la ventana, y entonces me pregunto, ¿qué solía hacer yo cuando tenía un día libre, cuándo todo estaba bien? No tengo respuesta, ya no lo recuerdo, esos recuerdos son tan lejanos que es como si hubiera sido en otra vida.
Ya no sé ni que me gusta hacer en mi tiempo libre, a este punto he llegado en la vida.
Me siento vacía, completamente llena de aire y lágrimas.
De repente, mi teléfono móvil comienza a vibrar, así que lo cojo rápidamente, es Nik.
Me pregunto qué querrá, ¿habrá pasado algo grave? ¿Será algo malo? ¿Algo bueno?
Dejo de pensar y cojo la llamada.
–¿Sí?
–Allen, ¿te viene bien si pasamos a recogerte dentro de una hora? –Pegunta.
–Sí, está bien. Hoy no tengo nada que hacer, ¿a dónde tenéis pensado ir?
–Es una sorpresa, y las sorpresas no se dicen –. Noto, por su tono de voz, como está sonriendo mientras habla –. Te doy una pista, vamos a ir arreglados –. Ríe un poco.
–Bueno, vale, voy a prepararme –. Sonrío y cuelgo la llamada.
Mientras la incertidumbre no deja de revolotear por mi mente, me quito la ropa, para ducharme, y es en ese momento cuando me miro al espejo, y me fijo en mi misma.
Entonces me pregunto, ¿cuánto tiempo al día nos lo dedicamos a nosotros mismos?
***
Una vez ya lista, me miro en el espejo de nuevo, y comienzo a maquillarme, para tapar imperfecciones. Es curioso que las personas queramos tapar nuestras imperfecciones, ya que son lo que nos hace diferentes, lo que nos hace ser nosotros mismos, porque somos perfectamente imperfectos, pero al menos, ya somos perfectos en algo.
Llevo un vestido negro que marca todas mis curvas, ya estoy lista.
Entro a la habitación de mi hermano y coloco sobre su pecho una notita que dice lo siguiente: "He salido, no sé cuando volveré. Cena algo ".
Sé que no lo va a hacer, pero no sé que hacer, quiero que vea que sigo preocupándome por él, siempre.
Salgo de mi casa, y en unos minutos, llegan en el coche. Nik conduce, y Zack, por algún motivo, va en uno de los tres asientos de atrás.
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No muy lejos de las vías
RomanceHelen ha vivido siempre cerca de las vías, por lo tanto, sabe de primera mano que la tristeza y la alegría viajan juntas en el mismo vagón, sin importar las diferencias que haya entre ellas. Desde la muerte de su hermano menor, la vida de Helen se d...