» Dónde, Love Evans muere siendo asesinada por su ex novio y reencarna en su trilogía favorita, la cual tiene la misión de cumplir unas tareas ya qué las consecuencias de no completarlas es la muerte »
( Trilogía: Pecados placentero )
Crédito ' Eva...
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Capítulo 7
Palabras,Sexo y pasión desenfrenada. Parte II – Placer
Rose, sabía que el universo la estaba probando. En si tenía el anhelo de atesorar está oportunidad de vivir, ella sabía que justo ahora estaba apunto de morir de placer, siendo llevada al mismo infierno y como lo estaba deseando.
El hecho de que ahora ella este en un lugar que no reconoce a las altas horas de la noche, recostada en los asientos traseros del auto, con las tiras de su vestido abajo y el mismo roto dejando ver su desnudez, mientras el rostro del rubio estaba entre sus piernas comiendo su coño con tanto esmero.
— Patrick! Gimió extasiada. La lengua del mencionado pasaba con rapidez sobre su clítoris enviando corrientes electricas a todo su cuerpo.
El emitió un ruido, sus ojos iban a ella haciendo que tiemble. ante su pesada mirada Rose, impulsaba su cadera para más contacto, Patrick la estaba torturando y su majestuosa lengua igual.
Un grito se escuchó en el momento por ella, al sentir como succionaba su boton con fuerza. Era mucha estimulación y más sintiendo como dos dedos amenazaban con explorar nuevamente su interior.
Patrick se aleja de golpe, haciendo que se frustre ante la falta de contacto. Ella no sabía lo que venía, él paso su dedo por su propia barbilla recogiendo los jugos de la rubia y sin perderla de vista, lleva su dedo a su boca degustando su sabor.
— Tan buena, joder. Menciona luego de alejar el contacto de su dedo en su boca. Una risa ronca brota de él, al ver el rostro rojo y suplicante de la mujer. La acción de su dedo frente a ella hace entender lo que deseaba. —Deberías probar lo deliciosa que eres, bonita.
Ella no perdió tiempo en tomar su dedo para lamerlo y chuparlo con vigencia. Sintiendo su sabor mezclado con la saliva del mayor.
Rico.
— Deberíamos salir a ver las estrellas.
Una sonrisa macabra formo el contrario, eso se le hizo extraño a Rose. Ella solo vio como se retiro del auto. Se armó de valentía y salió importando su desnudez. Lo busco con la mirada y no lo encontró.
Hasta que una mano tomo su cintura donde se encontraba su vestido arremangado. Observó el reflejo en el vidrio del carro y vio a Patrick con su bragueta abierta, acariciando su palpitante erección.
— Coloca tus manos sobre el vidrio.
Y así paso, las manos de la rubia se colocaron sobre el vidrio. El atrajo su cadera y su culo se pegó con su gran polla.
— Patrick, condón no es- Un ardor en su nalga derecha la hizo chillar, había sido abofeteado por él.
— Bonita, mi semen escurrirá por tus piernas de lo mucho que me vendré en tu coño, como en tu hermoso culo.
Sin más ambas nalgas de la chica fueron abiertas dejando ver sus entradas. Una vista deliciosa para el mayor. Un bonito coño mojado y suplicando por atención, sus jugos bajaban por sus piernas dejando ver la necesidad de ella.
Un gemido ahogado se escucha. La chica recibe con anhelo su polla de una brusca estocada que le era dada. No pudo regular un poco su respiración por tal comienzo de las embestidas.
Era exitante la forma en que la estaba cogiendo. A la orilla de una desierta carretera que en cualquier instante un auto podría pasar y verlos. Cómo era follada por el mayor, dejaba entender que no le importaba lo más mínimo ser visto.
Sus caderas se mueven dónde embiste con rudeza. Rose observa el reflejo del rubio en el vidrio, viendo cómo sus ojos lucen oscuros por el placer. Ella mira luego hacia él cielo notando las estrellas, su respiración era un desastre, sus piernas temblando ante cada empuje. Él toma su pezón dónde jala con fuerza, mientras abofetea cada mejilla de su culo, amando el ruido fuerte por ello.
Se escucha su voz ronca con curiosidad — Te gusta, pequeña Rose.
— Sí!, ¡me encanta! Gritó. Lágrimas se asomaban por sus ojos cuando por su respuesta la premia al arremeter con fuerza su interior. Sus gruñidos, gemidos y jadeos hacian que Rose se sintiera contenta. Significa que lo disfrutaba tanto como ella.
— La luna y las estrellas están contentas de ver como te ahogo con mi verga.
— ¡Patrick..!
¿Cómo puede ser romántico y pervertido a la vez? ¿Quién era éste hombre?
Ayuda al contrario en sus movimientos sintiendo como la fricción y la manera que perfora su interior con su miembro hace que su boca no se detenga de expulsar gemidos. Cierra sus ojos ante la sensación, hasta que una mano en su cuello ejerciendo presión lo detiene.
— Abre tus ojos, bonita. Mira, toda una Diosa.
Su orden es recibida. La rubia veía su reflejo en el vidrio del auto estaba toda sudada, su cabello pegado en su frente, sus tetas rebotaban por las fuerzas de los empujes, su boca solo se mantiene abierta por el cual en la comisura de sus labios hilos de saliva bajaban por el placer. Dos dedos del mayor fueron a su boca y ella con hambre los succionó y lamió como si fuera una perra necesitada.
Sus ojos se viran ante la carga electrica que sintió cuando su orgasmo, siendo acompañada por el contrario y de como su semen caliente la llena por completo. Sus piernas se vuelven pegajosas, por el sudor y el líquido blanco que bajaba con rapidez. Cuando Rose pensó que todo había terminado, el sale de su interior, sus dedos abandonan su boca. La voltea con fuerza y hace que se arrodille, su cabello es tomado con brusquedad mientras lleva su polla a su rostro.
— Abre esa linda boquita, Diosa.
...
Mientras en la oscuridad esos dos amantes desbordaban pasión y sexo. Un oji gris, se la pasaba llamando a la rubia con frustración El se había mantenido afuera del hospital esperando para poder aunque sea disculparse. ¿Quién lo diría? Christopher Morgan, disculpándose.
Hasta que noto a su mejor amigo hablar con ella y llevársela a quien sabe dónde. Patrick se miraba raro, por lo que esté sabía que era su otra personalidad. Había tratado de seguirlos hasta que los perdió en una intersección.
— Nena, carajo. Decía. Otro intento de llamada fue en vano, no contestaba. Se había encargado de llamar a Alexa para confirmar que sucedía. Habían tenido otra pelea
¿Qué te preocupa Morgan? Que se la folle
Aprieta el timón del auto con fuerza, soltando un gruñido grutal de enojo.
— Es mía, mi mujer!
Estaba más que claro que una guerra por la pequeña rubia se avecinaba y sería muy difícil cuando más jugadores se unan.
...
— NOTA.
01. Les regalé una pequeña porno, no es mi mejor trabajo y estoy medio oxidada.
02. Patrick de modo romántico y caliente al mismo tiempo
