Ignacio Brown

Parte 19

AUTOR.

El vuelo duró un día y media noche, tuvo que hacer varias paradas para descartar cualquier seguimiento de sus enemigos. Llegó a la madrugada del día siguiente. Una vez que bajó tocó el timbre porque no tenía llaves, no podía arriesgarse a que alguien la tomara y sacara una copia y le diera una sorpresa a su familia mientras dormían.

Después del tercer timbrado bajó Robert. Al ver a su hijo sonrió y lo abrazó. Se apretaron tan fuertes que parecía que se iban a romper los huesos. Tras soltarse Ignacio ingresó, su mamá estaba en lo alto de las gradas, cuando lo vio, bajó a toda prisa, se aferró a el torso y lloró. Siempre que llegaba a visitarla lloraba.

—¡Hijo!, volviste —le agarró el rostro entre sus manos, volvió abrazarlo y apretarlo— ¿Por cuántos días? —cuestionó abrazada a él. No tenía idea de cuánto tiempo necesitaba para que Ana Paula saliera de su casa. Quería volver cuando ella no estuviera ahí, así sería más fácil continuar con su vida y no aferrarse a un amor dañino, ya demasiado tiempo se había obsesionado. Era tiempo de dejar ir aquel sentimiento que creció tan rápido que, ni cuenta se dio.

—Un periodo no muy largo mamá —un mes le iba a dar a Ana Paula para que saliera de casa, si no lo hacía hasta ese tiempo, ordenaría a sus hombres para que la sacaran y llevaran a Estaquía, dónde su tío—. Ya sabes, no puedo quedarme por mucho tiempo.

—Espero que este corto tiempo sea más que el anterior.

—Si, será máximo un mes —dijo y ella se emocionó porque era el tiempo más largo que pasaría con ellos.

Esa noche no se quedaron hablando, ellos entendieron que estaba cansado, por eso lo dejaron ir a la habitación, además, tendrían todo un mes para compartir con él.

Al día siguiente sus hermanos ingresaron y se lanzaron a la cama.

—Despierta hermano pródigo —dijo Abi abrazada a él. Rony se adentró al baño, mojó sus manos y salió a salpicarle agua tal cual lo hacía Ignacio cuando llegaba en la mañana.

—Dejen dormir a su hermano —Robert se paró en la puerta. Los ojos pesados de Ignacio solo veían la gran sombra de su padre.

—¿Dónde vas? —preguntó soñoliento.

—A la constructora, estaré aquí en hora de almuerzo.

—Quiero acompañarte —dijo al darle un beso a su hermosa hermana en la frente.

—¿Seguro? —asintió— Bien, te espero abajo para desayunar.

Salió de la cama y se adentró al baño, su hermana salió de la habitación y su hermano se quedó hablando con él desde la puerta. Le pidió consejos para conquistar una chica, ya que, según él, Ignacio tenía la experiencia. "Si supiera que soy un fracaso conquistando", reprochó para sí mismo.

Cuando salió de la ducha le lanzó una toalla, Ignacio la envolvió en la cintura y agarró otra para la cabeza y el cuerpo.

—No sé, invítala al parque. Llévala a un zoológico a ver los animales —Rony soltó una carcajada.

—¿Es en serio? ¿Al zoológico? —Ignacio se alzó de hombros, la verdad era que él no sabía nada de romanticismo, en ese tema era muy malo.

—¿Y si no quiere? ¿Si me rechaza?

—Bueno, le dices que gracias.

—¿Y por qué le voy a agradecer si me está rechazando?

—¿Y que más puedes hacer? —se acercó a él— Cuando una mujer no quiere salir o estar contigo, no puedes obligarla, menos insistir. Al final eso solo te trae desilusión. Porque cuando alguien te quiere no te rechaza desde el principio.