Él creía que era suficiente aquella brisa nocturna que acariciaba sus mejillas cada día pero cuando se detuvo súbitamente bajo aquella frazada de estrellas que la cubría comenzó a correr vertiginosamente haciendo que la brisa casi pudiese deshilachar cada ápice de sus mejillas continúo corriendo hasta que sus débiles extremidades la hicieron precipitarse así la brisa agoto sus caricias rehuyendo hacia las nubes que ahora ya ocultaban la luz de las estrellas. Quedó postrado sobre todos sus recelos,desasosiegos y turbaciones lo cubrieron dejándola desarmado en mitad de aquella noche que cada vez se tornaba más sombría fue entonces cuando concibió aquel mundo como otro, distinto, nuevo,muy dispar todo aquello que hasta entonces creía haber conocido,la controversia que ello le llevó a plantearse, la tuvo varias horas inmóvil bajo aquella penumbra que comenzaba a fundirse con ella misma sin darle tiempo a recobrar el aliento, que había marchitado intentando resistir en este mundo que ahora le parecía tan extraño sin oponer ningún tipo de resistencia, se dejo llevar, desvaneciéndose tan lentamente que su última sonrisa quedo difuminada por ese cielo que ahora ya volvía a ser radiante.
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