Esa misma noche, luego de que Mayte llegara a su casa, se encontraba dando vueltas en la cama, incapaz de dormir. Las emociones y pensamientos que la habían atormentado durante el día seguían presentes, haciéndola sentir atrapada y desesperada. Tomó su teléfono y llamó a Alejandra, en busca de consuelo y claridad.
"Tranquila, chaparita. Voy para allá," dijo Alejandra, subiéndose a su auto.
Minutos después, el sonido del timbre resonó en la casa de Mayte. Mica abrió la puerta y dejó entrar a Alejandra, quien la miró sonriente y se acercó a Mayte. Mayte estaba en pijama, con una bata encima y una copa de vino en la mano, sentada en la sala, esperándola.
Alejandra se sentó junto a ella en el sofá, y Mayte dió un sorbo a su copa antes de comenzar a hablar, desahogándose.
"No puedo creer que hayas besado a Fer primero que yo," exclamó Alejandra, negando suavemente.
Mayte la miró con el ceño fruncido, sin comprender porque había dicho eso. Alejandra río y se vio en la obligación de contarle a Mayte cómo conoció a Fernanda. Pero rápidamente volvió al tema principal de la conversación.
Alejandra tomó la mano de Mayte, apretándola con cariño. "Cuéntame más, May. ¿Qué estás sintiendo exactamente?."
Mayte respiró hondo y se tomó un momento para ordenar sus pensamientos. "Me gusta estar con ella. Me hace sentir algo que no he sentido en mucho tiempo. Pero no puede ser, ¿verdad? Estoy casada. Y Fernanda... es una mujer."
Alejandra la miró con comprensión y habló con suavidad. "Entiendo perfectamente que estés confundida, yo también pasé por eso. Pero, May, puedes enamorarte de quien sea, sin importar nada."
Mayte se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de Alejandra. La tensión en su rostro era evidente.
"Tienes que aceptarlo, chaparita. Estas enamorada de Fernanda, y no tiene nada de malo, eh."
Mayte suspiró profundamente. "Tal vez sí lo estoy, pero no puede ser, Ale. Estoy casada.
"No puedes controlar a quien amas, Mayte. Además, Gerardo no es un buen hombre. Él no te merece."
Mayte comenzó a llorar, dejando salir sus emociones reprimidas. "Me siento incapaz de dejarlo. No sé cómo hacerlo."
Alejandra la abrazo cuidadosamente, mientras le acariciaba el cabello. "Sí puedes, May. Isa y yo te ayudaremos en todo lo que necesites. Tranquila."
Mayte, entre sollozos, se permitió por primera vez pensar en la posibilidad de una vida diferente. Una vida donde pudiera ser verdaderamente feliz. "Gracias, Ale," susurró.
La noche continuó y Mayte comenzó a sentirse un poco más tranquila. Cuando el sueño comenzó a apoderarse de ellas, subieron a la habitación de Mayte y se quedaron dormidas juntas, como lo hacían en su juventud.
Fernanda se encontraba en su escritorio revisando su laptop, sumida en su trabajo, cuando la figura de Mayte apareció cerca. Inmediatamente, Fernanda reconoció su aroma. Mayte, con una sonrisa radiante, diferente a cualquiera que Fernanda hubiera visto antes en ella, se acercó.
"Buenos días, Fernanda," saludó Mayte, parándose frente a ella.
Fernanda levantó la mirada, algo sorprendida y respondió con una voz calmada. "Buenos días, señora Lascurain."
"¿Podrías venir a mi oficina un momento, por favor?", preguntó Mayte, dándose la vuelta para entrar a su oficina.
Fernanda suspiró levemente y se levantó, siguiendo a Mayte hasta su oficina. Al entrar, Mayte procedió con su rutina habitual: colgó su saco y bolso y cambió sus lentes de sol por sus lentes de ver. Sin decir una palabra, se dirigió a servirse un poco de vino, que bebió de un solo sorbo.
"Ya se le está haciendo costumbre tomar vino tan temprano," dijo Fernanda, con la misma seriedad que ha mantenido con ella los últimos días.
Mayte la miró con una pequeña sonrisa, notando cierta ternura detrás de la seriedad de Fernanda. Se acercó a las persianas y las cerró, creando una atmósfera más íntima en la oficina. Luego, volteó hacia Fernanda y comenzó a caminar hacia ella, sintiendo su respiración volverse más lenta y pesada.
"No sé qué me has hecho, Fernanda, pero me haces sentir tantas cosas..." dijo con su voz ronca.
Fernanda cerró los ojos y negó con la cabeza, tratando de contener sus emociones. "No digas eso, Mayte."
Mayte observó a Fernanda con los ojos cerrados y respirando entrecortadamente. Con una caricia suave en la mejilla, se acercó y la besó. El beso, cargado de desesperación y deseo, las envolvió en una burbuja intensa.
El contacto de sus labios fue suave al principio, explorándose mutuamente con una delicadeza contenida. Pero pronto, la intensidad aumentó. Las manos de Mayte se deslizaron por la espalda de Fernanda, atrayéndola más cerca, mientras Fernanda correspondía con igual fervor, enredando sus dedos en el cabello de Mayte.
Cuando el aire les faltó, se separaron y se miraron, sonriendo. "Quiero estar contigo, Fer," susurró Mayte.
Fernanda la miró, reflejando emoción. "Yo también quiero, Mayte, pero... estás casada."
Mayte suspiró profundamente y le dejó un rápido beso en los labios. "No pienses en él. Yo no lo amo, Fernanda. Solo dame tiempo. Esto es nuevo para mí, pero no me quites la oportunidad de estar contigo."
Fernanda, con una sonrisa, tomó a Mayte del rostro y la besó intensamente. Pero, el momento fue interrumpido por el sonido de la puerta.
Se separaron rápidamente, limpiándose los labios para ocultar cualquier rastro del beso. Mayte se sentó detrás de su escritorio, intentando recuperar la compostura, mientras Fernanda se dirigió a abrir la puerta.
Una de las secretarias entró y se acercó a Mayte. "Señora Lascurain, el señor Martínez me pidió que le trajera estos documentos."
Mayte carraspeó y le agradeció. La secretaria asintió y salió de la oficina. Fernanda, aún nerviosa, siguió a la secretaria fuera de la oficina, cerrando la puerta detrás de ella. Afuera, intentó calmar su respiración y las emociones que la abrumaban.
Dentro de la oficina, Mayte se quedó mirando los documentos, pero su mente estaba en otro lugar, reviviendo el momento compartido con Fernanda. Su corazón latía con fuerza, consciente de que había dado un paso significativo hacia lo que realmente deseaba.
Por otro lado, Fernanda en su escritorio, estaba absorta en sus pensamientos. Sentir nuevamente los labios se Mayte alteró sus emociones.
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ENTRA EN MI VIDA
FanfictionMayte Lascurain, una mujer fuerte y exitosa, atrapada en un matrimonio tóxico, encuentra un inesperado consuelo en su asistente, Fernanda Meade. Tras una serie de eventos que revelan las vulnerabilidades de Mayte, ambas mujeres empiezan a explorar u...