El día de la firma del divorcio llegó y Mayte, puntual como siempre, se presentó en el juzgado. Su rostro, aunque sereno, delataba una mezcla de emociones. Al llegar, encontró a su abogado, esperándola en la sala de espera.
"Buenos días, Mayte", saludó el abogado con una sonrisa profesional. "¿Cómo te sientes?".
"Buenos días, Abogado Hernández. Estoy bien, gracias", respondió Mayte con determinación, aunque su voz traicionaba una ligera tensión.
Continuaron hablando de los detalles del caso mientras esperaban la llegada de Gerardo y el juez. El tiempo pasó lentamente; los minutos se transformaron en horas y aún no había señales de Gerardo. Finalmente, el juez entró en la sala, mirando su reloj con una expresión de impaciencia.
"Señora Lascurain, Abogado Hernández", saludó brevemente. "No podemos seguir esperando al señor Gerardo. Ya hemos excedido el tiempo razonable".
El abogado de Mayte se levantó y se dirigió al juez. "Su señoría, ¿qué debemos hacer? Necesitamos proceder con el caso".
El juez y el abogado de Mayte iniciaron una conversación, revisando los documentos y asegurándose de que todos los pasos legales se hubieran cumplido correctamente. Después de unos minutos, el abogado Hernández se acercó a Mayte.
"Mayte, el juez ha decidido que podemos proceder sin Gerardo. Seguirá revisando los documentos y, si todo está en orden, firmará el decreto de divorcio hoy mismo".
Mayte asintió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. Se dirigió a la mesa del juez, esperando pacientemente mientras él revisaba los documentos. Finalmente, el juez tomó su pluma y firmó el decreto.
"Señora Lascurain, el decreto de divorcio ha sido firmado. Es oficial".
Mayte respiró hondo, sintiendo una oleada de alivio. Agradeció al juez y al abogado antes de salir de la sala. Se sentía más ligera, más tranquila, más libre.
Minutos después, regresó a la firma. Mientras caminaba hacia su oficina, se encontró con Fernanda, quien inmediatamente notó una chispa de alegría inusual en ella.
"¿Está todo bien, May?", preguntó Fernanda con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Mayte le sonrió y, antes de que pudiera responder, Fernanda recordó algo. "Te están esperando en la sala de juntas. Surgió una reunión repentina".
Mayte asintió y entró rápidamente a su oficina, dejó sus cosas y recogió los documentos necesarios antes de dirigirse a la sala de juntas. Fernanda, un poco nerviosa, miraba hacia la sala, esperando algún movimiento, pero las persianas estaban cerradas.
Un rato después, Mayte e Isabel salieron de la sala conversando con algunos socios. Parecían tranquilos, lo que alivió un poco la preocupación de Fernanda. Isabel se dirigió a su oficina, mientras Mayte se acercó al escritorio de Fernanda.
"¿Qué pasó?", preguntó Fernanda, incapaz de contener más su curiosidad.
"Nada de que preocuparse... Me salió un viaje imprevisto para mañana. Necesito que compres dos boletos de avión, ida y vuelta. Solo estaremos dos días. También haz la reserva en un hotel, por favor".
Fernanda comenzó a hacer las gestiones en su computadora, pero la curiosidad la hizo preguntar: "¿Con quién viajarás?".
Mayte sonrió, por lo linda que se veía concentrada. "Contigo", susurró.
Fernanda levantó la mirada de la computadora y le sonrió. Se acercó un poco a ella y le dijo en voz baja: "Si no hubiera nadie aquí, te besaría".
Mayte sonrió, sintiendo un cálido escalofrío recorrer su cuerpo. Se acercó un poco más a Fernanda y le acarició suavemente el brazo antes de entrar a su oficina para continuar con su trabajo.
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ENTRA EN MI VIDA
FanficMayte Lascurain, una mujer fuerte y exitosa, atrapada en un matrimonio tóxico, encuentra un inesperado consuelo en su asistente, Fernanda Meade. Tras una serie de eventos que revelan las vulnerabilidades de Mayte, ambas mujeres empiezan a explorar u...