Capítulo 11

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**Desde la perspectiva de Val:**

El campamento de hockey se sintió inusualmente vacío para Val Ortiz.

Había una sensación de que algo faltaba, aunque no podía identificarlo de inmediato.

Todo parecía normal: los campistas se reunían para el desayuno, charlaban y reían como siempre, pero el ambiente tenía un tono diferente, más silencioso.

Me dirigia a la pista de hielo para los entrenamientos matutinos, lista para otro día de ejercicios y estrategias.

A medida que los campistas llegaban, notó que uno de los rostros familiares no estaba allí, su Riley, su ausencia era palpable y senti un nudo en el estómago.

Me acercó a Emma, la mejor amiga de Riley, para preguntarle si sabía algo de Riley.

—Emma, ¿has visto a Riley? —pregunte con preocupación.

Emma bajó la mirada, dudando antes de responder.

—Val, Riley no te lo dijo?, ella decidió irse a otro campamento, se fue en la anoche, dijo que necesitaba tiempo para aclarar sus pensamientos y no quería afectar la dinámica del equipo. Lo siento, creí que lo sabias, todo el campamento lo sabe.

Senti como si el suelo se moviera bajo mis pies. La noticia me golpeó como un cubo de agua fría.

Y comenzó a sonar:

Espera un poco
Un poquito más
Para llevarte mi felicidad
Espera un poco
Un poquito más
Me moriría si te vas

Sabía que Riley había estado lidiando con sus sentimientos, pero no esperaba que tomara una decisión tan drástica.

—Gracias por decírmelo, Emma — respondi, tratando de mantener la compostura y no llorar —. Espero que Riley encuentre lo que está buscando.

El resto del día, me esforzó por concentrarse en los entrenamientos, pero su mente seguía volviendo a Riley.

Recordaba cada conversación, cada momento en que vio el potencial y la pasión de Riley brillar en la pista.

Sentía una mezcla de tristeza y pérdida, preguntándose si podría haber hecho algo diferente para ayudar a Riley a sentirse más cómoda.

Después de los entrenamientos, me dirigió a la oficina de la señora Dawson para obtener más información sobre la partida de su Riley.

La señora Dawson la recibió con una sonrisa comprensiva.

—Val, sé que estás preocupada por Riley — dijo la señora Dawson —. Ella me habló de su decisión y la apoyé. A veces, necesitamos un cambio de escenario para encontrar claridad. Estoy segura de que Riley está bien y volverá más fuerte.

Asenti, agradecida por las palabras de la señora Dawson, pero todavía sintiéndose inquieta.

—Gracias, señora Dawson. Solo quiero lo mejor para Riley.

**Desde la perspectiva de mi:**

Esa tarde, Val decidió tomar un momento para sí misma.

Se dirigió al lago, un lugar tranquilo donde podía reflexionar.

Mientras caminaba por el sendero, recordó las conversaciones y los momentos compartidos con Riley.

La dedicación y la pasión que había visto en ella eran cualidades que Val admiraba profundamente.

Sabía que Riley tenía un gran futuro por delante, pero también lamentaba no haber podido hacer más para ayudarla.

Sentada en una roca junto al lago, Val dejó que sus pensamientos fluyeran libremente.

Recordó la confesión de Riley, la valentía que había mostrado al hablar de sus sentimientos.

Val también había sentido una conexión especial con Riley, pero no había tenido tiempo suficiente para procesar sus propios sentimientos.

Ahora, con Riley lejos, se sentía como una oportunidad perdida.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, Val se levantó y regresó al campamento, decidida a seguir adelante.

Sabía que tenía que enfocarse en los campistas que aún estaban allí, asegurarse de que tuvieran la mejor experiencia posible.

Pero también sabía que no olvidaría a Riley, y que esperaría su regreso con los brazos abiertos.

Los días siguientes en el campamento fueron una mezcla de entrenamientos intensos y momentos de reflexión para Val.

Val se centró en guiar a los campistas, ofreciendo su apoyo y motivación, pero en el fondo de su mente, siempre estaba pensando en su Riley.

Se preguntaba cómo estaba y qué estaba haciendo en su nuevo campamento.

Una tarde, mientras revisaba las notas del día, recibi una carta. Al abrirla, reconoció la letra de Riley. Su corazón se aceleró mientras leía:

> Querida Val,

Espero que estés bien.
Quería agradecerte por todo lo que hiciste por mí en el campamento.
Tomar la decisión de irme no fue fácil, pero sentí que era lo correcto en ese momento.
Estoy en otro campamento ahora, tratando de aclarar mis pensamientos y enfocarme en el hockey.
Quiero que sepas que siempre admiraré tu pasión y dedicación.
Eres una gran inspiración para mí.
Espero que algún día pueda regresar y seguir aprendiendo de ti.

Con cariño,
Riley <

Val, sintió una oleada de emociones al leer la carta. Se alegró de saber que Riley estaba bien y que seguía adelante con su vida.

Sabía que la partida de Riley era una prueba, tanto para ella como para Riley, pero también era una oportunidad para el crecimiento personal.

Con renovada determinación, decidi seguir enfocándose en su trabajo en el campamento.

Sabía que su misión era inspirar y guiar a los jóvenes jugadores, y aunque extrañaba a Riley, también sabía que había muchos otros campistas que necesitaban su apoyo.

Esa noche, mientras el campamento se sumía en el silencio, me acoste con la carta de Riley bajo su almohada.

Sentía una mezcla de tristeza y esperanza, pero sobre todo, una profunda gratitud por haber conocido a alguien tan especial como Riley.

Sabía que su camino se cruzaría de nuevo algún día, y hasta entonces, seguiría haciendo lo que amaba: inspirar a la próxima generación de jugadores de hockey.

El futuro era incierto, pero Val estaba lista para enfrentarlo con el mismo espíritu y pasión que siempre había demostrado en la pista de hielo.

Y en el fondo de su corazón, siempre habría un lugar especial para Riley, esperando el día en que pudieran reencontrarse y continuar su viaje juntas.




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Esta bien, no?? Aparte de corto

Amor en la Pista de Hielo // Riley Anderson x Val Ortiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora