Miro las marcas en su pecho frente al espejo, había llegado ese maldito lunes en donde habria preferido morir antes que asistir de nuevo a la universidad, aun en su piel había marcas de aquel fatídico día, en el impacto contra el barandal de las escaleras (que ahora matrona había remplazado por barandales de metal) se había clavado varias astillas, algunas pequeñas y otras que pudieron haberle causado serios problemas.
Estaba aterrada, mientras se ponía la camisa blanca le temblaban las manos, algunos botones le costó acomodarlos, le sudaban las manos, después de lo que sus amigos le habían contado supo que al llegar la mirarían y murmurarian, no sabía como reaccionaria, pero lo que si entendía era que no estaba en posición de jugar a ser ruda, la directora había hablado seriamente con su madre, le expreso su empatia en la situación pero que tambien no toleraria conductas agresivas, que si ella quería regresar era bienvenida pero que las reglas siempre serian las mismas.
_¿Y bien?_Matrona cruzo la puerta y miró con algo de intriga a su hija mientras está se acomodaba torpemente la corbata_dejame ayudarte_se acercó y comenzó a realizar el nudo correspondiente, dejándola prolija y lisa_desde aquí puedo oler el miedo que tienes_.
_Puedo manejarlo_.
_¿Que tanto?, te tiembla todo el cuerpo_.
_No tengo miedo a lo que digan de mi, tengo miedo a no poder contenerme al ver a los imbéciles que hablaron pendejadas de ti_.
_Ya te lo dije, si no puedes manejarlo te saco de esa estúpida universidad y te meto a otra, el dinero es lo único bueno que nos dejo el hijo de puta de Drole_.
_No voy a irme de ahí con la cola entre las patas, eso es lo que quieren esos bastardos, no les daré el gusto, si quieren que me vaya tendrán que correrme_.
Matrona acomodo el cuello de la camisa blanca, miro a su hija y le regalo una sonrisa_Por favor no golpees a nadie, compórtate a la altura de la mujer que eres...y no dejes que Elisabeth se meta en problemas otra vez tampoco por favor_.
_Lo único que lamento de la situación de Elisabeth es no haber estado ahí para morirme de la risa...esa perra se lo merecia_.
_Si sabes que la familia Danafor inició acciones legales contra la madre de Elisabeth...¿no?_.
_Carajo, y eso que son familia_.
_Eso no tiene nada que ver, fue una putada y no sabes_.
_No aguantan nada_.
Matrona giro los ojos con molestia_Comportense a la altura por favor_.
_Si mamá, tranquila, no golpeare a nadie...al menos no dentro de la universidad_.
_Bueno...es un comienzo_dejo un beso en la frente de su hija y camino a la puerta_baja cuando termines, yo te llevare esta vez_.
Volvió a quedarse sola, miro su reflejo y se veía igual que siempre, era la misma apariencia que tenía siempre para ir a la institución, pero habían muchas cosas que habían cambiado, inclusive ella y se sentía fatal, pero no tenia otra opción, debía ir y retomar su vida aunque sintiera que no podría hacerlo nunca.
-*-
Bajo del coche de su madre luego de despedirse, ya en el momento en que los primeros alumnos comenzaron a verla se le quedaban mirando, aún no había ingresado y ya estaba temblando, habían sido tal vez cinco personas las que habían entrado en ese instante y absolutamente todos la miraron con intriga, miedo e incluso juzgando con una mirada tétrica.
No había vuelta atrás, ya estaba ahí y no podía echarse para atrás, así que camino a la puerta usando todo el coraje que tenía en su ser, tomó el manijon de la enorme puerta y la empujo, sintió que había cometido un terrible error, absolutamente todas las personas que estaban ahí (la institución estaba llena como siempre) se dieron la vuelta como si fuera un bicho raro, un adefesio, las miradas eran mixtas, algunas de intriga, otras de simple curiosidad y las peores que eran la mayoría era de molestia de verla ahí.
Comenzaron a murmurar, ella estaba paralizada en la entrada, escuchaba los comentarios y se abrumo tanto que no supo para dónde ir, sus piernas no le respondían, estaba estática, ¿que se supone que debía hacer?, no dejaban de mirarla y ella quería morir en ese momento.
Estaba por comenzar a llorar, no podía con todas esas miradas, pero cuando había comenzado a perder visión por el líquido en sus ojos sintió como alguien entrelazaba su mano izquierda, se giro rápidamente, y ahí estaba, salvandola por segunda vez del infierno, de morir ante las circunstancias de su vida, King estaba mirando al frente, con una mano sujetándola y la otra en el bolsillo del pantalón del uniforme, no tenía expresión, solo miraba al frente sin inmutarse de las miradas.
Algunos ojos abandonaron la situación en cuanto vieron a King para ahorrarse problemas, más que nada los masculinos, no por miedo a el sino a su extraño y algo agresivo grupo de amigos, nadie quería problemas después de todo.
_Cuantos imbéciles hay en este lugar_.
Escucho la voz de Elisabeth a sus espaldas, se dio la vuelta y la vio ingresando al lugar junto con Meliodas, había olvidado que ella le había mencionado que regresarían todos juntos.
_Si que les gusta mirar...supongo que somos celebridades ahora_.
_No sigas idioteces Meliodas, no estoy de humor, amanecí con mi madre mandándome al diablo cuando recibió la demanda de los Danafor_.
_Tal vez romperle de nuevo la nariz le quite lo dramatica_.
Las miradas se calmaron un poco, habían abandonado la situación, solo algunos seguían mirando a Diane, pero solo con curiosidad, tal vez buscando algún indicio de lo que había ocurrido.
_¿Te incomoda que te estén mirando?_pregunto King mientras avanzaba por el largo pasillo haciendo que ella un poco arrastrada también abanzara.
_¿Tu que crees?_.
_Dime quien te fastidia y le romperé la cara_.
_Por mucho que me gustaría no te conviene, me dijeron cero problemas, así que será mejor hacerles caso_.
_No dejare que te pisen, quiero que lo sepas...si tengo que permanecer lo que nos queda de la carrera pegado a ti con tal de que no se metan contigo lo haré...¿entiendes?_.
Era como sentirse con la protección de un dios, ese chico tenía un aura tan siniestra que era real, cuando alguien los miraba automáticamente dejaba de hacerlo cuando King posaba su vista en el, ni hablar de él efecto que tuvo entrar con Meliodas y Elisabeth después de lo que pasó con Liz y Estarossa, de mala o buena manera se dieron cuenta de lo locos que estaban en ese grupo.
Holaa, esta historia a pesar de que la amo y la siento con mucha esencia supuse que no tendría tanto alcance, pero me siento bien con eso, le queda el último capitulo, así que gracias por las estrellitas y por seguirla tan religiosamente.
Saludos!
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𝚖𝚎𝚛𝚌𝚒𝚕𝚎𝚜𝚜𝚕𝚢(kingxdiane).
Fanfiction𝑯𝒂𝒃𝒊𝒂 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒔𝒑𝒐𝒓𝒕𝒆 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂...𝒂𝒉í 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂...𝒇𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒎𝒊...𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒂𝒓𝒎𝒂 𝒅𝒆𝒃í𝒂 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒊𝒓 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒉 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒔𝒐ñ𝒂𝒏𝒅𝒐...