Al fin era viernes y Seokjin podría tomar unos días de vacaciones. Su jefe estaba orgulloso, había conseguido un excelente contrato con la organización de un Congreso de Médicos que se realizaría ese fin de semana en Busán. Lo mejor, él no tendría que preocuparse de nada, pues "otros" harían el trabajo sucio en terreno.
—Perfecto Jiminie. Entonces una vez que termine el fanmeeting nos iremos juntos a la casa de la abuela.
—Si no hay más remedio...lo había olvidado completamente. Me iba ir de vacaciones con Seokjin-hyung...
—Lo lamento primito, pero tu madre no te perdonará si no vas... ¿tienes cómo llegar al estadio o quieres que vaya por ti?
—No noona, tranquila, Jin hyung me irá a dejar. Te encontraré allá. Te veo mañana.
Jimin cortó la llamada, salió de su departamento y fue a tocar el timbre de su vecino. No traía buenas noticias.
—¿Y esa cara de felicidad? ¿No me digas que tu Jungkookencio suspendió el fanmeeting? —como disfrutaba Seokjin burlarse de Jimin, en todo lo referente a su maravilloso y odioso Idol.
—Nooo, no tendría esta cara, simplemente ya me habría suicidado... es sólo que había olvidado que este fin de semana es el cumpleaños de mi abuela, cumplió 95 años, y le harán una celebración y debo ir...Jiyeon me acaba de avisar. Nos iremos juntos luego del fanmeeting. Ella también irá. Ya sabes también ama a mi Kookie.
—Pero Jiminie iríamos juntos a la playa. Me lo prometiste. ¿Cómo iré solo ahora?
Jimin se abrazó a la cintura de su hyung —lo siento tanto Jinnie-hyung..., pero no pensé que sería justo este fin de semana. Lo lamento, haces tanto por mí y yo no puedo cumplir mi palabra...
—Está bien, no es tu culpa. ¿Cuándo volverás y qué harás para llevar una maleta al fanmeeting?
—Tengo ropa en casa hyung. Sólo llevaré una pequeña mochila con lo básico. Volveré el fin de semana, creo.
Seokjin en realidad tenía sentimientos contradictorios. Por una parte tenía pena que el menor no pudiera acompañarlo, pero por otra, pensaba que tal vez era mejor así. Después del fanmeeting, Jimin probablemente estaría más insoportable en modo "Kookie" y así al menos podría descansar cinco o seis días de escuchar de ese chico prefabricado.
Iba a decirle a su amigo que no importaba, pero sabía que en ese momento no le prestaría atención. Las noticias locales en la TV anunciaban la presencia de Jungkook y su pequeña conferencia de prensa. El chico sonreía y sonreía. Y se mostraba feliz de estar en su ciudad natal. Seokjin se preguntaba cómo no se le cansaba la cara de tanto sonreír. Además con ese rostro perfectamente maquillado que ocultaba cualquier imperfección. Labios suavemente brillando, ojos sutilmente delineados y un pelo casual, que Seokjin intuía no tenía nada de casual. Todo era tan perfecto, que al mayor le daban ganas de vomitar. No entendía cómo había personas que se compraban todo ese mundo falso. Y cómo ese chico podía ser tan buen actor..., miró a Jimin, que sonreía como bobo a la pantalla.
—Míralo hyung, mi Kookie casi llora cuando le preguntaron que sentía estar aquí...
—Jimin, de verdad no entiendo cómo puedes tragarte toda esa basura del Kpop y de los idol...
El menor lo miró indignado. Su Kookie no era ninguna basura. Decidió que no le hablaría el resto de la noche. Aunque luego se arrepintió.
Después de todo Seokjin le había regalado la entrada, le había prestado dinero para chucherías como él las llamaba y lo iría a dejar a las afueras de la ciudad para el maldito (así se había referido el mayor) fanmeeting. Cuando Jungkook y él fueran novios y Seokjin lo conociera se daría cuenta de lo lindo que era. Estaba seguro.
El sábado llegó rápidamente y aún no eran las doce del día, cuando el timbre de su casa sonaba muy fuerte. Ahí estaba, su amigo, con una hermosa sonrisa, vestido con una polera de Jungkook, con su ARMY Bomb (sí las y los fans se llamaban "Army"), listo para el fanmeeting.
Seokjin no pudo evitar sentir ternura por su amigo. Jimin era como un niño pequeño, al que él se propuso cuidar y proteger. Era un chico muy inteligente y un excelente amigo. Sabía que antes de conocerse no tenía muchos amigos, porque muchos se burlaban de él, por haber padecido un tiempo un poco de exceso de peso, pero Seokjin se encargó de ayudarlo y de paso subir su autoestima. Tal vez esa soledad de niño y adolescente lo habían hecho aferrarse a un ídolo falso como era el tal Jungkook, meditaba el mayor. Sin mucho ánimo tomó las llaves de su auto, para llevarlo a conocer al amor de su vida.
La ciudad era un caos. Pues además del fanmeeting, estaba el congreso de médicos, por lo que el tráfico estaba imposible. Sin embargo Seokjin pudo cumplir su cometido y dejar a su amigo muy cerca del estadio.
—Sabes que eres el mejor amigo que podría tener ¿verdad hyung?, gracias por todo y espero que disfrutes de tus vacaciones.
—Espero que tú también disfrutes este día Jiminie. Me quedaré un rato aquí, hasta que me confirmes que te encontraste con Jiyeon y que estás bien—Seokjin activaba su modo "hyung" ante el gentío y locura que se vivía con todas esas niñas y uno que otro chico aullando por "Kookie".
Mientras veía alejarse a Jimin, encontró un lugar para estacionarse donde nadie lo molestaría. Decidió esperar, hasta recibir el mensaje de Jimin.
2 horas y media después
Seokjin no sabía en qué momento se había quedado dormido. Miró su teléfono y el mensaje de Jimin indicando que estaba bien, lo había recibido dos horas y media atrás. Encendió el motor, se reía de sí mismo por ser tan estúpido, para haberse quedado dormido en la calle. Iba a marcar a su amigo para contarle lo que le había ocurrido, cuando vio una turba de personas correr. No eran algunos, eran muchos. Todos parecían perseguir a un chico que corría directamente hacia su auto.
Antes que pudiera pestañear, el chico aquel abrió la puerta del copiloto, entró raudamente y gritó — ¡por favor sácame de aquí! —Seokjin vio lo peligrosa de la situación, la turba aún no se daba cuenta, al parecer que el chico que perseguían se había metido a su auto, así es que en honor a resguardar su vida y la de aquel muchacho, emprendió la marcha.
Seokjin comenzó a conducir sin un destino claro, bueno, iba hacia su casa, pero ahora acompañado de un perfecto desconocido. El chico estaba todavía respirando agitadamente. Tenía puesta la capucha de su sudadera y un cubreboca, por lo que no podía ver su cara. Pero grande fue su sorpresa, cuando el muchacho se bajó el cubrebocas y descubrió su cabeza.
—¡¡¡ ¿Tú?!!! —Seokjin lo miró de reojo y casi frena en medio del camino al darse cuenta de quien se había subido a su auto.
Jeon Jungkook lo miraba con ojos de ciervo asustado. En su loca huida de las fans aún más locas, no pensó en nada, sólo vio ese auto estacionado y subió a él, sin pensar si se metía en la boca del lobo.
—Escucha te daré lo que quieras. Autógrafos, discos, lo que sea, pero no me hagas daño y ayúdame a encontrar a Taehyung —. Jungkook recién se daba cuenta de la locura que había cometido, pero no había tenido más remedio.
—¡¿Quién crees que soy mocoso?! Claro que no te haré daño. Al contrario corrí un gran riesgo al dejarte subir y pasar por medio de esa turba. Además no me interesan ni tus discos ni tus autógrafos. ¿Y quién ese tal Tehyiun?
—Taehyung —le corrigió —es mi asistente y manager. Lo llamaré y le pediré que me recoja por aquí cerca. ¿Está bien? Y lo siento...todos siempre quieren algo de mí y pensé que eras un fan...cómo estabas en el estadio.
—No soy tu fan. Vine a dejar a un amigo que sí es tu fan. Ahora voy a detenerme en esa gasolinera, para que llames a ese manager tuyo.
Seokjin miraba al muchacho. Se veía mucho menor que lo que aparentaba en las fotos y MV. Era casi un niño y además se notaba que estaba claramente asustado. Se estacionó y esperó pacientemente que el chico encontrara su móvil en aquella pequeña mochila que tenía.
—¡Maldita sea! No puedo creer que sea tan descuidado —. Jungkook miraba su celular que estaba apagado y con su batería totalmente descargada.
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My Idol
FanficA diferencia de su mejor amigo Jimin que está loco de "amor" por el Idol del momento, Jeon Jungkook, a Seokjin no le gusta nada. Está convencido que todo es falso en ese mundo, la estetica, los discursos, etcétera. Aun así, se compromete a ir a deja...