Capítulo Quince: ¡¡¡¡¿Conejito?!!!!

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Iban en silencio. En realidad Jungkook iba llorando. Había jurado que no lo haría, pero su pena era tan grande que no podía evitarlo.

Aquella mañana al despertar, habían estado por una hora acariciándose, besándose y haciendo el amor. Sí se habían vuelto un par de adictos a tocarse y al sexo. Pero eso sería trivial si no existiera el ingrediente más importante: amor. Ya no importaba cuan cursi resultaba toda su historia de amor o las palabras empalagosas que se prodigaban y que se susurraban al oído. Ellos se amaban. Jungkook lo dijo primero, en la noche, mientras su Seokjinnie lo llevaba al cielo, a la luna y a las estrellas.

Se habían jurado que la distancia no iba a matar ni un pedacito del amor que sentían el uno por el otro, pero aun así Kookie lloraba. En silencio, pero Seokjin lo sabía. Lo miraba de reojo y podía ver su carita triste y sus ojos rojos. Además su caja de pañuelos desechables ya casi estaba vacía. Puso su mano sobre la pierna de su conejito llorón, y le regaló una sonrisa.

—Kookie, ya no llores. Todavía nos quedan unas horas juntos. Ya estamos por llegar a casa. Y podremos descansar y estar juntos, antes que llegue tu primo—Seokjin intentaba calmarlo, y calmarse, porque él también tenía muchas ganas de echarse a llorar, pero era el mayor y debía ser fuerte.

—Perdóname por ser tan niño, es sólo que no me quiero ir a Seúl. Quiero estar contigo —trataba de controlar sus sollozos y calmarse, pues se daba cuenta que Jin también tenía un rostro triste y una pequeña lagrima comenzaba a asomar.

Cuando al fin llegaron a casa, dejaron los bolsos tirados en medio de la sala y se fueron al dormitorio. Ahí estaban abrazados, Seokjin con medio cuerpo sobre él, besándolo y diciéndole cuánto lo amaba.

—Jungkook necesito que hablemos. Vamos a repasar tu agenda de esta semana, para que podamos coordinar nuestros horarios y poder llamarnos tranquilamente.

Y ahí estaban revisando la agitada semana que le esperaba a Kookie. Fotos, entrevistas, prácticas de baile y canto e incluso una pequeña presentación en un premiación. Seokjin por su parte tendría varias reuniones, para evaluar el famoso Congreso Médico que había sido tan exitoso. Su empresa se había convertido en el puntal tecnológico de la conferencia y eso al parecer había traído excelentes beneficios. Eso al menos, le había comentado su compañero de trabajo Jae Hwan, por medio de un corto mensaje que le envió.

—Jungkook, yo tomé una decisión...

El joven abrió sus ojos. Seokjin lo miraba con nerviosismo y no quería imaginarse que pasaba por la mente de su novio en ese momento.

—Me iré a vivir a Seúl...yo pediré un traslado y si no es posible buscaré trabajo allá. Iré a vivir con mis padres, mientras busco un lugar y....

No pudo terminar porque Jungkook lo abrazaba demasiado emocionado. Era exactamente lo que le quería pedir, pero no se había atrevido. Sabía que el mayor tenía su vida en Busan y dejar todo...

—Seokjin, me haces tan feliz. Yo te lo quería pedir, pero no quería parecer egoísta. Por favor sólo te pido que te vengas a vivir conmigo. Por favor mi amor..., no necesitas vivir con tus padres o solo.

—Bebé..., claro que me gustaría vivir contigo. Pero escucha Kookie, esto no será inmediato. Debo ordenar las cosas, ver en mi trabajo la posibilidad de un traslado o buscar otro, vender o arrendar este departamento, hablar con Jimin, con mis padres. Mientras hablaremos todos los días y este fin de semana iré a verte y todos aquellos en los que tú estés en Seúl.

—Yo permaneceré en Seul por un buen tiempo. Debo preparar un disco nuevo...luego de eso seguro que vendrá una gira, pero será en unos meses..., mientras voy a dejar mi trabajo de modelo. No me importa si tengo que indemnizarlos. Así tendré más tiempo libre. Debo hablar con mi tío, pero sé que lo entenderá.

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