Capútlo Doce: Tae y Jimin (parte2)

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Jimin abrió sus ojos y por un momento no supo dónde estaba. Estaba en una cama desconocida, OK, estaba completamente desnudo, OK, estaba con evidencias de haber tenido sexo, ¿OK?

De pronto la figura de Kim Taehyung viniendo hasta él, lo hizo de golpe recordar:

—Eres el manager de Kookie...—aquella frase...hizo que Tae detuviera todos esos oscuros pensamientos que estaba teniendo con la belleza que tenía enfrente.

—No me digas...eres su fan...bueno te aviso de inmediato que él no está aquí... y ahora con tu permiso me voy —Tae se movió decepcionado.

Una vez más la sombra de su primo caía sobre él. Por eso le gustaba ir a lugares poco habituales, donde los chicos que conocía, no se sentían atraídos por Jungkook o simplemente no lo conocían. Era una lástima, Jimin era todo lo que le gustaba en un hombre, al menos físicamente, pero ya no podría ser.

—Espera..., lo siento. Fue inevitable. Te reconocí. Es que Jungkook me gusta mucho y sé todo de él. Te he visto a su lado, pero no te vayas...

—Mira Jimin, conozco esto...muchos y muchas se acercan a mi cuando se dan cuenta que soy el manager de Jungkook y me ofrecen todo con tal de que se los presente. No estoy dispuesto a jugar a eso hoy...cuando te vi entrar, te encontré muy atractivo y me puse muy contento al verte a mi lado, pero no soy moneda de cambio de nadie.



Jimin se sintió mal por Tae. Imaginaba las veces que al chico lo debieron utilizar. Y era tan lindo...y a pesar que su angelito malo, le decía que hiciera lo mismo y que tal vez a través de él al fin podría conocer a su Kookie, algo dentro de él (¿su angelito bueno?) lo llevaba a querer conocer más al manager que al cantante.

—Ya te dije que lo sentía. Prometo no hablar de Jungkook. Cuéntame de ti, ¿qué haces en Daegu?

—Mi madre y hermanas viven aquí. Teníamos unos días libres y vine a verlas. Papá me obligó a venir a esta fiesta de porquería. ¿Y tú que haces aquí?

—Soy de Busan, pero mi abuela vive acá y cumplió 95 años. Vinimos a su cumpleaños. Mi prima consiguió entradas y me arrastró a esta fiesta. Pero se fue con un chico y terminé solo. Hasta que te encontré aquí.

La conversación fue interrumpida por una chica que se acercó a Tae —

¡Eres Taehyung, el manager de Jungkookie!, dime dónde está, por favor, llévame con él, te daré lo que quieras.

—¡Él no está aquí!, déjame en paz —Tae comenzaba a impacientarse, cuando otros vinieron a preguntar lo mismo.

—¡Hey! no escuchan lo que les está diciendo, Jungkook no está aquí, ahora déjenlo en paz! —Jimin también se impacientó y tomándolo de la mano lo sacó de ahí.

—¿Dónde podemos ir para estar tranquilos? —Jimin miraba a Tae de una manera tan dulce que el corazón de este último se derritió por completo. Sabía que no podía llevarlo hasta su casa con sus padres y hermanas ahí y al parecer Jimin tampoco tenía techo propio.



—¿Te sentirías mal, si pido una habitación del hotel?, conozco al manager y...

—Será perfecto, hagamos eso —El propio Jimin se desconocía. ¿Qué le estaba sucediendo?, ese chico con esa sonrisa preciosa y enormes ojos lo tenía cautivado. Nunca, jamás se había ido con un desconocido. Jimin era un chico bastante conservador y reservado. Sólo salía su lado salvaje cuando pensaba en Jungkook, pero eso sólo era su imaginación desbocada y loca, había tenido sólo un novio, por un largo tiempo pero luego habían terminado. El muchacho se había cansado de la obsesión de Jimin por Jungkook y lo había dejado. De eso habían pasado dos años, por eso Jin siempre le estaba diciendo que se buscara un novio real. Pero él inevitablemente cuando conocía a alguien lo comparaba con el Idol y obvio éste siempre ganaba. Tal vez sólo era su miedo a ser lastimado.

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