Capítulo Cinco: Khalid y Pizza Hawaiana

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Seokjin decidió que lo mejor era tratar de levantar el ánimo del joven cantante. Así es que contra todos sus principios y valores de vida, puso "Euforia" el último disco de su acompañante a todo volumen, mientras conducía camino a casa.

— ¿Cómo es que tiene mi música, si dice que no le gusta?, además Seokjin-sshi, no se sienta en la obligación, sólo porque estoy con usted.

—Mira, en primer lugar vamos a dejar tanta formalidad. Me puedes llamar hyung, ya llevamos como tres o cuatro horas de conocernos y nuestro grado de intimidad es tan alto, que tengo tus mocos pegados en mi camisa —ante ese comentario, Jungkook se puso a reír y a Seokjin le pareció adorable su sonrisa de conejo. ¡¿Qué le estaba pasando?! Eso lo diría Jimin no él.

—Gracias hyung, pero aún no responde mi pregunta...sobre la música...

—Bueno Jimin siempre viaja conmigo y tiene inundada mi vida de ti...ya verás cuando lleguemos a casa, te darás cuenta que hay muchas cosas tuyas. Mi vecino hace parte de su vida en mi departamento, así que al ser tú una parte fundamental de su vida, hay muchas cosas tuyas en él.

—Entiendo, pero no te sientas en la obligación de escuchar mi música. Además me incomoda escucharme cantar...

Seokjin agradeció al cielo que el chico-Idol fuera tan comprensivo. Entonces rápidamente sacó Euforia, dando paso a "Talk" de Khalid.

—Me gusta esa canción, comentó Jungkook—mientras marcaba por millonésima vez el número de su primo, sin resultado positivo.

Seokjin quedó sorprendido. En realidad gratamente sorprendido, mientras miraba como Jungkook seguía la canción. Ambos se pusieron a cantar a todo pulmón con su inglés a medias, pero disfrutando plenamente.

Al llegar al departamento, Jungkook se quedó afuera, esperando que el mayor le indicara que podía pasar. Miró la puerta que quedaba enfrente e imaginó que ahí vivía el tal Jimin, su fan boy, que lo llamaba "novio".

—Jimin, ¿vive ahí? —apuntó a la puerta de enfrente.

—Sí, pero tranquilo, estará fuera por varios días. Fue a ver a su abuela. No te acosará ni te molestará. Y ahora entra. Mi departamento no es un pent-house como imagino será el tuyo, pero es cómodo.

Jungkook rio ante el comentario de Seokjin. Tenía muchos prejuicios sobre él y eso le causaba gracia. Siempre estaba rodeado de personas que lo adulaban o por sus fans que lo llenaban de comentarios hermosos en sus redes sociales. Muy pocos malos comentarios recibía. Por eso era fascinante para él, estar con una persona que no mostraba ni un ápice de admiración por él y por el contrario, parecía encontrarle todos los defectos del mundo.

—No es un pent-house, es grande sí, pero es frío y vacío. No como este, aquí hay calor de hogar, me gusta Jin hyung.

Seokjin se sintió satisfecho. En realidad su departamento era moderno y bonito. Él era bastante ordenado y si no fuera por las irrupciones de Jimin, estaría todavía más ordenado.

Fue hasta su habitación y volvió con unas pantuflas empaquetas y un cargador de celular —puedes usarlas, están nuevas, y no te rías porque son un regalo de Jimin. Y ahí puedes cargar tu celular. El mío lo mantendremos encendido por si tu dichoso Taehyung se da cuenta que se llevó al Idol equivocado.

Jungkook miró las pantuflas. Eran de "TATA", el extraterrestre que Taehyung había creado para acompañar a Cooky, un conejo musculoso que lo representaba y que formaban parte del merchandising de la marca Jeon Jungkook.

Eran cerca de las nueve de la noche. Taehyung despertaba ya en Seúl, luego del agotador viaje de regreso. Estaban a pocas cuadras de llegar al edificio de BigHit, donde harían una breve parada para recoger algunas cosas y luego partir a casa. Decidió prender su celular, para verificar si Jungkook ya estaba despierto.

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